A la entrada de Arriondas, en una callejuela estrecha, absolutamente rodeada de edificios, pasando totalmente desapercibida y casi invisible, se encuentra desde el Siglo XVIII la pequeña capilla de San Antonio; de estilo barroco popular es el edificio más antiguo de la villa. En la fachada principal conserva el escudo de los Estrada y Cordero de Nevares que eran los señores del Coto de Arriondas. La Capilla fue restaurada en el año 1985 por suscripción popular y en el interior se encuentra una imagen de San Antonio de época barroca.
San Antonio de Padua es uno de los Santos más venerados por la cristiandad, uno de esos Santos que te sorprenden enormemente; en una ocasión, cuando los herejes de Rímini le impedían al pueblo acudir a sus sermones, San Antonio se fue a la orilla del mar y empezó a gritar: «Oigan la palabra de Dios, Uds. los pececillos del mar, ya que los pecadores de la tierra no la quieren escuchar». A su llamado acudieron miles y miles de peces que sacudían la cabeza en señal de aprobación. Aquel milagro se conoció y conmovió a la ciudad, por lo que los herejes tuvieron que ceder.
En los dos concejos limítrofes a nuestro concejo de Parres, que son Piloña y Cangas de Onís se celebran hoy las respectivas fiestas locales de San Antonio, fiestas preciosas con mucha tradición.
Este Santo fue denominado por el Papa León XIII “el Santo de todo el mundo”, murió a la edad de 35 años, fue canonizado antes de un año desde su muerte y tiene el título de Doctor de la Iglesia.
Su vida a pesar de ser tan corta es espectacular, desde bien joven quiso ser franciscano y entró en la orden de los frailes menores, a la edad de 25 años quiso ir a Marruecos para predicar entre los musulmanes, en ese momento padeció una grave enfermedad (hidropesía), que le dejó postrado e incapacitado durante varios meses y fue necesario devolverlo a Europa. La nave en que se embarcó, empujada por fuertes vientos, se desvió y fue a parar a Messina, capital de Sicilia. Pasando grandes penalidades, viajó desde la isla a la ciudad de Asís donde, según le habían informado sus hermanos en Sicilia, iba a llevarse a cabo una Asamblea general de la orden de los franciscanos; aquella fue la gran asamblea de 1221, el último de los capítulos que admitió la participación de todos los miembros de la orden; allí conoció a San Francisco que estaba presente, ¡qué momento tan especial ese en que San Francisco y San Antonio se encuentran!
Su obra literaria es extensa, sus milagros espectaculares, se le llama el «Milagroso San Antonio» por ser interminable la lista de favores que ha obtenido del Cielo para sus devotos desde el momento de su muerte. Uno de los milagros más famosos de su vida es el de la mula: Quiso uno retarle a San Antonio a que probase con un milagro que Jesús está en la Santa Hostia. El hombre dejó a su mula tres días sin comer, y luego cuando la trajo a la puerta del templo le presentó un bulto de pasto fresco y al otro lado a San Antonio con una Santa Hostia. La mula dejó el pasto y se fue ante la Santa Hostia y se arrodilló.
La personalidad de este Santo fue tan arrolladora que en su breve vida arrastró multitudes y ya en la vida eterna las sigue arrastrando, es famosa su cita: “El gran peligro del cristiano es predicar y no practicar, creer, pero no vivir de acuerdo con lo que se cree”.
La devoción a San Antonio es una de las más extendidas, es el Santo de los pobres, de las mujeres estériles, de los albañiles, de los panaderos, de los papeleros , se le invoca para los objetos perdidos, para buscar esposo, y raro es el lugar que no le dedique una capilla o una fiesta, ¡¡celebrémosle hoy!!.