San Mateo nos narraba ayer el precioso Evangelio en el que Jesús dice a sus discípulos, nos dice a cada uno de nosotros: “Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa ¿con qué la salarán? Vosotros sois la luz del mundo, brille así vuestra luz ante los hombres para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el Cielo.”
Cuánto más conocemos a Jesús más le amamos , Jesús siendo hombre y a la vez Dios consigue a través de su humildad y de su integridad magnificarse, no se magnifica a través de su poder , que era absoluto pues es Dios, no se impone a la fuerza, se magnifica con su humildad, con su integridad, llevando lo humano a la perfección, siendo Modelo para nosotros y como tal Modelo debía de ser perfecto y lo fue, y por tanto fue y es Luz para toda la humanidad en todas las épocas , la Luz del Mundo.
De igual manera María , siendo totalmente humana se magnifica en cada instante de su vida con su aceptación de la voluntad divina y su humildad ; ante todos los dolores que se le presentan, la pérdida de sus padres siendo niña, la pérdida de su esposo José, la tremenda pérdida de su hijo Jesús, lo perdió todo humanamente hablando y de qué manera……!!!, renuncia a todo y aún así lo hace por un Amor más Alto , reconoce y confía en la mano del Padre Celestial en todo y continúa su labor hasta que le llega el momento de ser coronada en el Cielo por todos su méritos , aún hoy en día continúa sin cesar tras de nosotros para acercarnos a la Verdad.
Y entonces ahora pensamos de nuevo en las palabras de Jesús, “Vosotros sois la luz del mundo “ y tenemos que ser conscientes de la gran responsabilidad que implica ser cristianos, seguir a Cristo, Él nos dice : “Estad en mí si queréis tener al Padre en vosotros” y nosotros que somos pequeños y pecadores , tenemos la obligación y la responsabilidad de ser luz en el mundo, sal de la tierra y nuestra luz ha de brillar entre los hombres no por nosotros, sino para gloria de nuestro Padre Celestial, no por nuestros propios méritos , sino con su ayuda y con su fuerza, apoyándonos siempre en Él , contando siempre con Él.
Jesús está con nosotros y nos pide siempre, siempre, que nos unamos a Él pues Él rogará por nosotros y con nosotros y nuestras voces unidas a la suya lograrán así subir al Padre, así que pidamos la ayuda y la gracia necesarias para llevar a cabo nuestra misión en este mundo en el que tenemos que nadar contracorriente, pero pensando siempre que con Su ayuda seremos capaces de lograr discernir y de hacer la voluntad del Padre.