Todo el año se viste de hermosura y podemos contemplar sus temporadas tantos naturales como espirituales y es que la fe es tan profunda cuando de verdad la sentimos en nuestras almas que cada celebración nos colma de alegría y nos hace vivir momentos irrepetibles que, a pesar de volver en ciclos, nos permiten disfrutar y vivir cada momento como único.
Junio es sin dudas una de esas temporadas, donde el tiempo cambia en su paso al verano y donde los cristianos dedicamos cada celebración con toda solemnidad al Sagrado Corazón de Jesús y como consecuencia de ello dedicamos todo el mes a ese Corazón Divino; pero al día siguiente de la Solemnidad del Sagrado Corazón , la Iglesia también celebra la Fiesta del Inmaculado Corazón de María, Corazón esencialmente unido al de Jesús, pues aunque la concepción de Jesús se realizó por obra del Espíritu Santo, el Hijo de Dios pasó por todas las fases de la gestación como todos los niños , el Corazón de María dio su sangre a Jesús ; pero la maternidad de María no se limitó al proceso biológico de la generación, sino que contribuyó al crecimiento y desarrollo de su hijo , educándole , enseñándole, guiándole , acompañándole .
El Inmaculado Corazón de María se representa de varias formas, una de ellas es el Corazón todo envuelto en llamas que son de Amor , rodeado de una corona de rosas blancas que simbolizan la pureza y la belleza, en algunas representaciones se le añade la espada traspasándolo simbolizando el sufrimiento de María a lo largo de toda su vida , pues toda su vida fue un acatamiento total de la voluntad de Dios sin queja, en otras aparece a su alrededor sin tocarlo una corona de espinas; se ve un gran parecido entre el Corazón de nuestro Señor y el de nuestra Madre, de hecho son dos Corazones unidos en el tiempo y en la eternidad.
En Fátima, la Virgen manifestó a los pastorcillos que Jesús quiere establecer en el mundo la devoción a su Inmaculado Corazón como medio para la salvación de muchas almas y para conservar o devolver la paz al mundo. La pastorcita Jacinta Marto, le dijo a Lucía: «Ya me falta poco para ir al cielo. Tú te quedarás aquí, para establecer la devoción al Corazón Inmaculado de María», también se lo diría después la Virgen.
En el año 1942 el Papa Pío XII hizo la Consagración oficial de toda la Iglesia al Inmaculado Corazón de María, con lo que la devoción se vio confirmada y afianzada. Y después Pablo VI la continuó pero sobre todo fue Juan Pablo II el Pontífice que ha acertado a cumplir plenamente el deseo de la Virgen, cuyos resultados se han visto con el derrumbamiento del marxismo y la conversión de Rusia.
El Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María han acudido a ayudarnos en momentos en que la humanidad se ha visto enfriada en unos casos por el oscurantismo religioso y en otros amenazada por guerras y odios ; siempre que ha habido grandes peligros en el mundo, los Corazones de Jesús y de María han venido a ofrecérsenos como remedio y solución a nuestros males de forma que la misma Virgen nos ofrece su Corazón Inmaculado, que es Amor, ternura y dulzura, pero también exigencia de oración, sacrificio, penitencia, generosidad y entrega ; no basta el culto, hay que imitar sus virtudes.
La Santísima Virgen María, corredentora de los hombres, madre de todos nosotros, nos ofrece al igual que Jesús su Corazón como prenda de amor y de confianza, como auxilio y ayuda y camino para ir al encuentro de su Hijo ,¡¡regalos maravillosos para toda la humanidad que no podemos desaprovechar!!.