A medida que pasan los años normalmente se va perdiendo una capacidad importante, la capacidad de asombro, que los niños conservan intacta ; en alguna parte leí una anécdota preciosa de San Juan Pablo II que al parecer se escapaba a veces de incógnito y en este caso apareció en una estación de esquí, no sé si un niño o una niña le reconoció y le dijo a su madre “¡¡Mamá, el Papa!!”, la madre ni le hizo caso , ni se molestó en mirar porque sencillamente no pensaba que eso fuera posible, es lo que nos pasa con los milagros, ¡¡no tenemos capacidad de asombro!! ¡¡ no esperamos lo inesperado!!, no pensamos que sean posibles, nos falta fe, es por eso que realmente es muy difícil que los veamos, aunque estén sucediendo justo delante de nosotros.
En junio de 2009, en la Iglesia Parroquial de Arriondas se estaban realizando obras de restauración y pintura, aplicando una película de cera natural a los estucos del ábside cuya composición incluía productos químicos. No se sabe muy bien qué pasó, se piensa que un accidente fortuito por la caída de una vela encendida provocó un incendio producto de alguna resina, pero lo cierto es que el día 3 de junio a las cinco de la tarde se produjo un fuego empezando por la parte del altar, los bomberos acudieron y lograron apagarlo, luego permanecieron en la Iglesia realizando labores de desescombro hasta que regresaron a la base.
Del Templo salía un humo denso y el incendio provocó graves daños en tallas, bancos y principalmente en la parte delantera donde el Altar de la Iglesia, de hecho de uno de los escalones que suben al Altar de mármol se desprendió un trozo que reventó por el calor ; las obras posteriores de restauración de todo el Templo duraron hasta noviembre del mismo año en que por fin la Iglesia reabrió sus puertas al culto.
En el momento del incendio, justo al lado del Altar, se encontraba colocado sobre una peana de madera el Cirio Pascual (símbolo de la Luz de Cristo resucitado); en muchos Templos ya se utilizan esas velas modernas que se rellenan de un carburante, pero en Arriondas Don Amaro se preocupa enormemente de que el Cirio Pascual sea de verdadera cera de abeja, como dicen las Sagradas Escrituras.
Como todos sabemos perfectamente, la cera se derrite con el calor, ya no digamos con el calor que se alcanza cuando se produce un incendio, pues bien, el Cirio Pascual de la Iglesia de Arriondas, colocado donde empezó el incendio se sacó intacto del Templo, ¡¡intacto!!
Las cosas más maravillosas pueden suceder a nuestro alrededor sin siquiera darnos cuenta, el razonamiento nos dice que eso es imposible, una vela de cera no puede quedar intacta en el foco de un incendio, pero lo cierto es que las pruebas hablan por sí mismas, el Cirio Pascual se encuentra intacto en la Sacristía de la Iglesia para quien quiera acercarse a verlo.