Fray Slavko Barbaric, nació el 11 de marzo de 1946 en Dragicina, Bosnia-Herzegovina, con diecinueve años entró en la orden franciscana y con veinticinco fue ordenado sacerdote, tras lo cual compatibilizó sacerdocio y estudios sacando el doctorado en Pedagogía Religiosa y Psicoterapeuta.
Al inicio de la guerra en Bosnia-Herzegovina , cuando la mayoría de los sacerdotes se fueron , él volvió a Medjugorje, donde realizó un trabajo extraordinario en todos los ámbitos , fundó la Aldea de la Madre, un lugar para acoger a todas las personas castigadas en todos los sentidos por la guerra, colaboró con la comunidad del Cenáculo fundada por Sor Elvira, escribió numerosos libros de los cuales fueron vendidos más de veinte millones de ejemplares en todo el mundo, escribió artículos, colaboró en revistas, fue redactor de un boletín, colaborador de radio MIR (PAZ) en Medjugorje, etc. etc.
Su gran capacidad de trabajo, conocimiento de idiomas, su fuerte preparación y su especialísima personalidad, hicieron de él un gran apóstol de la Gospa, falleció en el Monte Kricevac, haciendo el Viacrucis con los fieles y con los peregrinos el 24 de noviembre de 2000, al día siguiente la Santísima Virgen dijo en su mensaje del día 25 que el padre Slavko había nacido al Cielo e intercedía por nosotros.
En su libro “Orar con el Corazón” aparece una oración al Espíritu Santo que él recomienda rezar diariamente, de la cual les presento una parte:
María, gracias por haberme invitado a invocar al Espíritu Santo. Por Él concebiste a Tu Hijo Jesús; por Él aprendiste a meditar la palabra de Dios, permaneciendo fiel a Ella hasta el final.
“Queridos hijos, esta tarde quiero decirles que durante los días de esta novena pidan la efusión del Espíritu Santo sobre sus familias y su parroquia. Oren y no se arrepentirán. Dios les concederá Sus dones con los que lo glorificarán hasta el fin de su vida terrena. Gracias por haber respondido a mi llamado.” (2 de junio de 1984, novena de Pentecostés).
Oh Espíritu Santo, oro a Ti con María que me ha invitado a invocarte y Te pido que vengas a mí y derrames sobre mí todos Tus dones.
Espíritu Santo, aparta de mí toda carga, para que mi corazón pueda ser como una flor que crece y se desarrolla, produciendo fruto abundante. María, que el Espíritu Santo comience y prosiga en mi interior la tarea que comenzó en Ti, para que a través de Su acción amorosa el Verbo Divino crezca en mi corazón.
¡Oh Espíritu Santo, por medio de María, yo Te escojo en este día como el Amo de todo mi ser! Lleno de confianza y de esperanza en Tu amor infinito, el cual se manifestó de manera tan admirable en la Virgen María, hoy me decido por Ti y por Tus dones. Renuncio a cualquier espíritu del mal y su acción y Te acepto a Ti.
Espíritu de luz, de amor, de paz y de orden. Te consagro todas mis facultades y deseo actuar siempre al amparo de Tu luz. Te entrego todos los derechos sobre mi vida. ¡Protégeme y guíame hacia el Padre! Oro a Ti con María, en nombre de Jesucristo, Amén.