Nos sorprendemos en ocasiones en nuestra vida caminando a oscuras, despertamos un buen día y comprendemos que no podemos ver , que no sabemos hacia donde ir , que ante nosotros se abren diferentes posibilidades pero realmente estamos perdidos, pensamos , recapacitamos y decidimos por nosotros mismos y generalmente tomamos decisiones bastante poco acertadas.
Existe un Guía Sobrenatural que viene directamente de la Trinidad Santa, el Espíritu Santo, cuando Él está presente ya no es la naturaleza humana la que rige, la que nos manda y nos gobierna, es el Espíritu de Dios el que actúa como regla , motor y causa principal y única de nuestros actos virtuosos poniendo en movimiento nuestra vida sobrenatural hasta llevarla a su plenitud.
Este Espíritu no lo tenemos nosotros, es un regalo que nos tiene que venir de Dios, debemos entonces pedirlo con mucha insistencia “Ven Espíritu Santo, Ven” ¡¡¡por favor!!!.
El día 15 es Pentecostés, esta palabra viene del griego “pente” que significa cinco y del sufijo “konta” que hace alusión a las decenas siendo su significado cincuenta , y es que la Iglesia celebra que cincuenta días después de resucitar , estando la Santísima Virgen y los Apóstoles recogidos y reunidos en oración, tras haber ascendido ya Jesús a los Cielos llegó el Espíritu Santo sobre ellos y los colmó de todo lo necesario para llevar a cabo su misión , porque el Espíritu Santo es plenitud de dones.
Encontramos entonces al hallarlo a Él la luz para ver el camino, pero para verlo con los ojos del alma no con los ojos del cuerpo, encontramos la Sabiduría para tomar las decisiones adecuadas que necesitamos, descubrimos el entendimiento para comprender y la fortaleza para llevarlas a cabo y hacer aquello que nos conviene hacer visto desde los ojos de la voluntad de Dios.
San Mateo nos dice estas palabras de Jesús; “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?”.
Sabemos entonces que si le pedimos a nuestro Padre Celestial de corazón que nos envíe el Espíritu Santo , nuestro Padre Eterno sin duda nos lo dará, pidamos por tanto insistentemente todos estos días, hasta el domingo de Pentecostés sin descanso, “Padre , envía sobre nosotros el Espíritu Santo, lo necesitamos tanto en nuestras vidas……….”, enséñanos a abrir nuestros corazones para que podamos recibirlo en plenitud.