La naturaleza se viste de verde y se inunda de aroma fresco y bellos colores, ha llegado la primavera, todo florece y se llena de esplendor, es la creación divina, el advenimiento de un nuevo ciclo en nuestras vidas, que expresan el nacimiento, crecimiento y renovación.
El mes de mayo célebre por despertar las flores y hacerlo especialmente hermosísimo, la Iglesia lo ha elegido para conmemorar a la Santísima Virgen María.
En este mes especial para Ella y para nosotros, nos llega gracias a Mirjana el día 2 este regalo:
«Queridos hijos, mi Corazón materno desea vuestra sincera conversión y fe firme para que podáis transmitir el amor y la paz a todos aquellos que os rodean. Pero, hijos míos, no lo olvidéis: cada uno de vosotros es un mundo único ante el Padre Celestial; por eso, permitid que la obra incesante del Espíritu Santo actúe en vosotros. Sed, hijos míos, espiritualmente puros. En la espiritualidad está la belleza: todo lo que es espiritual está vivo y es muy hermoso. No olvidéis que en la Eucaristía, que es el corazón de la fe, mi Hijo está siempre con vosotros, viene a vosotros y parte el pan con vosotros porque, hijos míos, Él ha muerto por vosotros, ha resucitado y viene nuevamente. Estas palabras mías vosotros las conocéis porque son la verdad y la verdad no cambia; solo que muchos hijos míos la han olvidado. Hijos míos, mis palabras no son ni antiguas ni nuevas, son eternas. Por eso os invito, hijos míos, a mirar bien los signos de los tiempos, a recoger las cruces despedazadas y a ser apóstoles de la Revelación. Os doy las gracias».
La Reina de la Paz desde el cielo nos recuerda que dejemos obrar al Espíritu Santo en nuestras vidas, que le dejemos actuar y nos recuerda también que “en la Espiritualidad está la perfección, todo lo que es espiritual está vivo y es muy hermoso”, pero ¿existe todavía en el mundo de hoy lo Espiritual?, vivimos rodeados de un mundo material que nos consume sin darnos ni siquiera cuenta, necesitamos tener cada vez más cosas, el móvil de última generación, la ropa de moda, el mejor coche, la decoración más bonita y realmente ¿ todo esto nos llena?, ¿nos pueden hacer felices todas estas cosas?, la realidad es que no, y la Santísima Virgen nos recuerda la Verdad, como Jesús expresó:
“La Verdad os hará libres”, y la Verdad nos dice María no es ni antigua, ni nueva, es eterna, Que Jesús, el Hijo de Dios, por Amor vivió y murió por nosotros y Resucitó y volvió a la Vida y está vivo en la Eucaristía esperándonos.
En este mundo materialista donde lo espiritual apenas tiene cabida, lo espiritual es lo que más importa, estamos en Pascua y el Espíritu Santo está deseando colarse en todos, desea encontrar una pequeña abertura en tu corazón debilitado por el mundo y entrar con toda su fuerza, para ser capaz de entregar sus dones maravillosos y hacer crecer el Amor.
La Santísima Virgen te invita a mirar los signos de los tiempos, a recoger las cruces despedazadas y a ser apóstoles de la Revelación, porque necesitamos ser conscientes que la conversión no es cosa de un minuto, que la vida espiritual necesita nacer y crecer como una planta que tenemos que regar cada día, que debemos estar preparados y que estamos llamados a ser testigos con nuestra propia vida.
Así como todo se renueva en la primavera estamos invitados a ser renovados.