Desde Medjugorje los días 2 y 25 de cada mes, recibimos regalos preciosos, dignos de meditar y cumplir con el ejemplo, el día 25 a través de Marija y el día 2 de cada mes a través de Mirjana, el 25 de abril, recibimos el siguiente mensaje:
“Queridos hijos, mi Corazón Inmaculado sangra al miraros en el pecado y en hábitos pecaminosos. Os estoy llamando: regresad a Dios y a la oración para que seáis felices en la tierra. Dios os llama a través de mí para que vuestros corazones sean esperanza y alegría para todos los que están lejos. Que mi llamada sea un bálsamo para el alma y el corazón a fin de que glorifiquéis a Dios Creador, que os ama y os llama a la eternidad. Hijos míos, la vida es breve, aprovechad este tiempo para hacer el bien. Gracias por haber respondido a mi llamada”.
Puedes sentir y respirar el dolor de la Santísima Virgen al vernos alejados del bien, Ella sufre por todos sus hijitos, como la Madre más buena, más pura y perfecta que existe; te llama una y otra vez, sin cansarse, sin enfadarse, insistente, “regresad a Dios y a la oración”, para ser felices, porque solo en Dios encontraremos la felicidad en la tierra.
Ella lo sabe y nos lo expresa, nos enseña a nosotros pequeños todavía en el espíritu y nos indica que nuestros corazones sean esperanza y alegría para aquellos que están lejos, porque tenemos el tesoro más preciado que existe “El Amor incondicional de Dios”, ¡cómo no estar contentos! ¡cómo no saltar de alegría! Dios nos ama sin medida, sin condiciones, tenemos que gritarlo a los cuatro vientos, nuestro rostro tiene que reflejar la esperanza y la alegría interior que debemos sentir, soy único y especial para Dios, cada uno de nosotros lo somos.
Cada llamada de la Madre es un bálsamo para el alma y el corazón, es la cura de nuestras heridas, es el calmante que necesitas para los nervios y ansiedad, es la medicina para glorificar a Dios Creador que te ama y llama a la eternidad, porque como bien dice la Santísima Virgen, la vida es breve y Dios llama a la eternidad, ¡es cierto! ¡es difícil pensar en la eternidad!, nos cuesta evadirnos de todo lo referente al mundo, pero el mundo es temporal, “todo se pasa”, “Dios no se muda”, como dice Santa Teresa de Ávila.
En último término el mensaje nos invita a aprovechar el tiempo que tenemos en la tierra para hacer el bien al prójimo, ¡qué importante hacer el bien a nuestros hermanos! , ¡qué difícil en ocasiones cuando recibimos a cambio el mal!, pero esa es nuestra misión, vivir respirando la presencia divina del Creador, glorificar a Dios cada instante y por todo, Orar para mantener nuestra alma viva, irradiar con nuestros actos y nuestra vida la esperanza y la alegría de conocer a Jesús al mundo e intentar vivir ayudando a nuestros semejantes. Pedimos la gracia de Dios para poder hacerlo pues solos es imposible, pero si nosotros ponemos nuestro “casi nada”, Él pondrá su “casi todo”.