El tiempo Pascual prácticamente se encuentra en fase de culminación, en este período los cristianos sentimos a Cristo resucitado, por lo que recordamos cada día lo sucedido, precisamente esta experiencia es especialmente significativa para los franciscanos de la Custodia de Tierra Santa.
Ellos llevan sobre sus hombros el peso de tan noble Misión y gozan de la bendición de vivir en los propios lugares donde todos estos acontecimientos ocurrieron realmente, allí donde el Verbo se hizo hombre, donde Jesús murió y resucitó para salvarnos ; la misión de los hermanos franciscanos no es solo custodiar los Santos Lugares, con sus esfuerzos y sacrificios cuidan de los Santuarios, los recuperan en ocasiones para la cristiandad y cuidan de las piedras vivas de la memoria, consiguiendo que renazca en los corazones de todos los peregrinos que por allí pasan, el amor lleno de misericordia.El padre Artemio cuenta de la complejidad y la importancia del calendario en la vida y en las actividades de la Ciudad Santa, el 23-24 de abril han celebrado los judíos “la Pascua”, el “Peshah”, según su calendario; El día 29 de abril, los griegos celebran en el Santo Sepulcro el Viernes Santo y el 1º de Mayo, celebrarán la Pascua del Señor las comunidades orientales, las que siguen el calendario juliano. Durante las celebraciones de la Pascua de los Hermanos Orientales, Jerusalén se llena de peregrinos de todas partes del mundo, pero abundaron de un modo especial los rusos. La ceremonia del Sábado Santo con el Fuego Santo es muy sentida por ellos, ésta es la riqueza de la Ciudad Santa, pero, al mismo tiempo, manifiesta la confusión en la que nos toca vivir.
En estos días en la Ciudad Santa se unen otras celebraciones: el 3 y 4 de mayo los hermanos de San Francisco felicitan las Pascuas a los hermanos orientales, el 4 y el 5 se celebra la Ascensión del Señor a los cielos, esa fiesta tan importante que nos dice que podemos llegar a la meta, de la vida divina, como Él llegó, y también su Madre, si seguimos sus huellas. Por eso el padre Artemio nos cuenta las palabras de San Jerónimo: “Bienaventurado quien lleva en su alma la Cruz, la Resurrección, el lugar del Nacimiento y de la Ascensión del Señor”.
Próximamente los días 6 y 7 de mayo los hermanos franciscanos celebrarán en el Santo Sepulcro la solemnidad del hallazgo de la Santa Cruz (“Inventio crucis”) por Santa Elena, madre del Emperador Constantino.
En realidad, la labor de los hermanos franciscanos reviste gran importancia, es una tarea impagable, llena de amor, compromiso y entrega, necesitan de todos, tu apoyo y el mío, es de mucho significado para ellos; los anima y sienten tu ayuda, para seguir adelante.
Los cristianos de todo el mundo debemos hacernos sentir presentes, para que continúen realizando tan noble labor y de esa manera prolongar en el tiempo todo lo preservado, ya que los Santos Lugares pertenecen a toda la humanidad, tu presencia les da vida a los calendarios litúrgicos, junto a ellos experimentas una experiencia divina, ya que podrás convivir con el resto de los hermanos de otras creencias y amar a Jesús, a su tierra y a todos por igual.
Anímate!! y anima a todos tus conocidos para que la presencia de España se haga sentir en Tierra Santa, y mostrarle a Jesús el amor que sentimos por Él.