¡El Amor! Indudablemente es uno de los temas sobre los que más se ha escrito, de hecho, escribir sobre él me resulta un tanto atrevido, San Pablo nos lo describe de una forma maravillosa en la Carta a los Corintios 13:1, aunque yo hablara todas las lenguas, aunque tuviera el don de la profecía, una fe capaz de trasladar montañas, aunque repartiera todos mis bienes para los pobres, si no tengo amor, no soy nada. El amor es paciente, servicial, no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su interés, no se irrita, no lleva cuenta del mal, todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta, el Amor no pasará jamás.
Cuando meditas esta carta de San Pablo es inevitable elevarse por encima de lo humano para “intentar” comprender lo que es el verdadero Amor, y digo “intentar” porque creo que es imposible alcanzar a entender el Amor con mayúsculas, ¡Dios es Amor!, el mundo existe porque Dios lo creó por Amor, el ser humano existe porque Dios lo amó, la Salvación existe porque Dios se hizo Hombre por Amor para redimirnos, así que el Amor es la naturaleza de Dios.
Ante tal magnitud solo podemos desde nuestra pequeñez intentar corresponder, siempre quedándonos incompletos, defectuosos, minúsculos, sin embargo, Dios otorgó también al hombre la capacidad de amar y Jesús nos dio el mandamiento nuevo del Amor, “Amaros unos a otros como Yo os he amado” demostrándonos que era posible, al entregar su propia vida y en la cruz, su lecho de muerte, amó incluso a sus asesinos, perdonando todo, soportando todo, sin límite.
¿Pero es esto posible para nosotros? Francamente me parece que se escapa de nuestras posibilidades, sin embargo si Jesús nos lo señala es porque lo es y entonces me vienen a la mente las palabras de la madre Teresa de Calcuta “No podemos hacer grandes cosas pero sí cosas pequeñas con un gran amor” y de pronto todo es más fácil de entender incluso parece un poco más sencillo de poner en práctica, no es necesario hacer grandes obras de amor, solo es preciso amar todas y cada una de las pequeñas cosas que hacemos, tratar con amor a cada una de las personas que encontramos , poner amor en cada pensamiento, en cada intención , en cada acto, ya que nuestros actos son limitados pero si les ponemos amor y se los entregamos a Dios Él lo convierte en algo de valor infinito porque Él es infinito.
Ahora entiendo un poco más y comprendo un poco mejor por qué el Amor es tan valioso e importante, porque en la naturaleza de Dios, desde el principio encuentras todo lo bueno y mirando a través de los ojos del amor alcanzamos a convertir lo malo en bueno, lo feo en hermoso.
El amor permite que actúe la Misericordia, con amor Dios todo lo disculpa y perdona, llenando nuestras vidas de fe y esperanza, con amor buscas la caridad, no el interés, el Amor es capaz de transformar, regenerar nuestras vidas, cuando viene acompañado de Dios, déjalo pasar vale la pena. ¡Nunca te arrepentirás! .