Dios reunió a las más hermosas variedades y colores para expresar visiblemente su gloria en aquella tarde.
Al salir de Misa el padre Javier comentó que buscase un enlace por internet, dijo: “Busca en Google , Testimonio de María Vallejo Nágera 2012”, te va a gustar”, así fue como por primera vez escuche la palabra Medjugorje, un término casi impronunciable para mí; su recomendación permitió escuchar el testimonio precioso y sorprendente de María, una excelente escritora que vivía bastante alejada de la fe y cuya visita a este pueblo le había cambiado la vida totalmente, ella describió todo tipo de detalles y experiencias espirituales interiores que al vivirlas hicieron que se replantease toda su existencia.
Medjugorje, un pueblo ubicado geográficamente en Bosnia Herzegovina, católico, tutelado por los franciscanos, donde cuando eran muy pocos vecinos y como consecuencia del derrumbe de la antigua Iglesia, llegó un arquitecto y planificó una gran obra, que por su majestuosidad sorprendió a todos ,en aquel entonces el proyectista explicó que algún día se quedaría pequeña, como así ha sido, así son las cosas de Dios.
La Iglesia estudia la aprobación de las apariciones en Medjugorje de la Santísima Virgen María a seis videntes , inmediatamente viene a mi mente el pensamiento de que si es posible que la Virgen María se aparezca hoy, en este tiempo , en mi tiempo , ¡¡yo quiero ir!! , sería como ir a Lourdes cuando Santa Bernadette vivía allí, como a ir a Fátima cuando la Virgen se apareció a los pastorcillos, ¿cómo desaprovechar esa oportunidad? , de inmediato planeé el viaje y en pocos meses estaba volando hacia un lugar totalmente desconocido, con un idioma del que no tenía ni idea, pero con una sensación interior de estar haciendo lo debido en el momento preciso.
Conseguí llegar, fue un viaje maravilloso lleno de expectativas, mi corazón quería salir de mi pecho, no por temor, sino por curiosidad de sentir a la Virgen más cerca de mí, el pueblo era normal, situado en un gran valle, rodeado de montañas, alrededor de las casas había extensiones de plantaciones de vides, bastante agricultura, estábamos en Setiembre y la temperatura era ideal, se veían autobuses de peregrinos aquí y allá, pero lo más impactante fue la profunda sensación de paz que sentí al posar los pies sobre esa tierra, no es fácil explicarlo, pero a pesar de ver grupos de gente, autobuses, podías sentir el recogimiento, silencio y paz que allí existe, fue impresionante, entonces pude comprender que aquel lugar es realmente especial.
Al experimentar la sensación de que es posible una sociedad en comunión con los mandatos de Dios, reconciliada con Él, descubrí una comunidad que trabajaba y compaginaba su vida con la Santa Misa diaria, cada tarde íbamos a la Eucaristía en una explanada inmensa donde miles de personas de distintas nacionalidades se unían en oración , alababan a Dios, el Jueves Adoración Eucarística, el Viernes Adoración de la Santa Cruz, la gente llevaba en sus manos y en sus cuellos el Santo Rosario, que también se reza a diario, oraciones de sanación tras la celebración de la Misa, un renacimiento del sacramento de la penitencia, todo te reconciliaba con el Cielo.
El momento de la Consagración coincidía cada día con la puesta de sol y en ese preciso instante la luz iluminaba el Altar con tal belleza que me es imposible describir, así ocurrió los cinco días que allí escuchamos Misa, los tres primeros días tuvimos muy buen tiempo, sin embargo, el tercero cambió, la lluvia irrumpió con toda su fuerza , las nubes oscurecieron el cielo y con ellas llegaron rayos y truenos , escuchábamos la Santa Misa con paraguas y unos largos impermeables que no evitaban que nos mojásemos, a pesar de la virulencia de la tormenta en el momento de la Consagración el cielo se abría cada día en el Horizonte para dejar pasar la luz al Altar nuevamente.
Puedes acceder a través de este enlace a Medjugorje