El ser humano, está compuesto por órganos y todos responden como miembros de su cuerpo ; con un esfuerzo silencioso el corazón, impulsa la sangre como un motor por todo nuestro sistema circulatorio, por su función vital, es importante cuidarlo.
Cuando escuchas la palabra corazón, tu mente estimula todos tus sentimientos, ya que alberga deseos y anhelos, por eso al acercarte a un ser amado comienza a trotar deliberadamente y puede darte la sensación de querer saltar de tu pecho a otro pecho, sin dudas eso es Amor.
Precisamente el corazón de Jesús con amor y misericordia salta hacia nuestro pecho cada día y hace revivir las mismas sensaciones de anhelos que provocan una fuerte pasión por estar junto a Él, el corazón de Jesús es sin duda, Amor puro.
Jesús ha sido el fruto divino de Dios todopoderoso, engendrado de Santa María Virgen, mujer bendita entre todas las mujeres por obra y gracia del espíritu Santo, Él a su paso por la tierra tuvo un corazón humano, que derrama hasta la última gota de sangre en su camino al calvario, para posteriormente en un suspiro dejar de latir, aun así, al ser traspasado por una lanza, brotaron gotas de sangre y agua, hasta quedar totalmente vacío.
Jesús padeció, sufrió y murió, por los seres humanos pecadores, RESUCITÓ al tercer día, las Sagradas Escrituras expresan y de esa manera volvió a la vida y maravillosamente recobró con la Resurrección, infinita fuerza y poder victorioso.
Su corazón poderoso brilla en el pecho de Nuestro Señor Jesucristo y te muestra el camino para acercarte a Él porque Él nos llama a través de su Espíritu.
El Sagrado Corazón de Jesús, despojado por todos, se reconcilia como fuente de Gracia Infinita, fuente de Amor Infinito y constituye además fuente de Misericordia Infinita, es un Corazón que suplica constantemente a sus seres queridos y amados que vengan a Él, porque el Ser que ama desea también el Amor de sus amados, porque Jesús nos ama tanto que espera paciente, misericordioso nuestra respuesta libre a su Amor.
Es impresionante cuando sientes tu corazón vacío, Él es capaz de llenarlo, pero ¿Por qué esperar? ¿No es mejor vivir con el corazón lleno de la divina misericordia de Jesús, mientras el tuyo impulsa tu vida?
Fijaros en la imagen del Sagrado Corazón que durante tantos años tuvimos presente en las casas de nuestros padres y abuelos, ahora hemos descolgado el cuadro de nuestras vidas, ya que nos parece caduco y pasado de moda, con los nuevos estilos de decoración no quedaba lugar para Él, os invito a retomar esa buena costumbre, porque Él nos mira a través de su corazón impregnado en pasión y amor por todos.
Cuando acudas al Sagrado Corazón de Jesús no quedarás defraudado. No esperes hacerlo cuando te acuerdes de Él, o lo necesites; porque Él nunca te olvida, siempre está a tu lado y aunque estés lejos lo sentirás muy cerca de ti, Él desea acompañarte y protegerte, démosle el lugar que se merece en el hogar y en la vida, para demostrarle que, aunque de modo muy imperfecto, también le amamos.