Viernes de la octava de Pascua, un amanecer precioso de esos que te hacen despertar y caminar por las rosas de María.
Se percibe el cambio de estación, aunque con densa neblina, los pajarillos revolotean por el tejado y cantan sin cesar, anunciado que la primavera como creación divina del Señor toca nuestras puertas.
Con ese inmenso gozo seguimos celebrando la Resurrección de Jesús, una fiesta de Pascua maravillosa, ¡que emoción sientes al vivirla ! ¡imaginaos la alegría que pudo sentir María! tras todos los hechos terribles de la Pasión , Ella , la Madre, (la Corredentora) pudo recibir de nuevo a Jesús , su Hijo, vivo y resucitado entre nosotros.
Jesús nos entregó a su Madre en el Calvario, como Madre de toda la humanidad y como madre perfecta que es, intenta incesantemente acercarnos al corazón de su Hijo.
Nuestra amada madre cumple su labor Corredentora , aún así por el amor que nos regala cada día continúa invitándonos constantemente a la conversión, a la oración y nos recuerda lo pobres que somos en el amor.
Te invita a reflexionar, a comprender, a pensar en la vida eterna, a cambiar el corazón desde lo mas profundo de tu alma para que puedas transformar la mente con amor y guiarla en una nueva dirección.
Es maravilloso pensar que a pesar de todo lo que nuestro Señor Jesucristo y la Santísima Virgen María han sufrido por toda la humanidad y disfrutando hoy de las maravillas del Cielo , ambos sigan con la preocupación constante de quien ama , con Sus Benditos Corazones interesados en el bien de sus hijos, vigilantes para que caminen por la senda correcta, ese es el Amor Verdadero, dando todo sin esperar nada a cambio.
Regalemos a nuestra madre la Santísima Virgen María en esta Octava de Pascua
, la maravillosa oración del Santo Rosario rezando y meditando ahora los Misterios Gloriosos, si lo hacemos poniendo el corazón , podremos revivir la Gloria de la Resurrección y sumergirnos en la alegría infinita de compartir el Cielo, ofreciendo a la Santísima Virgen María esta oración.
Ella recibe las rosas de las cuentas del Rosario como prenda de nuestro amor.