Muchas veces transitamos por el mundo sin ser conscientes del profundo, infinito y maravilloso Amor que recibimos de Dios cada día, pensar un solo instante en su grandeza, nos crea en el rostro una sonrisa difícil de anular, sin duda ser poseedor de tan altísimo don, es motivo suficiente para sentir la felicidad plena; el Gran Dios, creador de todas las cosas asombrosas que nos rodean y hasta de nosotros mismos, considerados por EL como su obra más querida, nos muestra el Amor y nos envía a su Unigénito , para recordarnos que la vida no se acaba, continúa, es infinita siempre y cuando encontremos su presencia.
Por momentos los cristianos somos conscientes de ese inmenso amor, porque Dios lo entrega cada segundo, inclusive hasta en la penitencia, pero el egoísmo como pecado nos aleja con certeza y transitamos por el mundo sin corresponder a ese Amor infinito de Dios y lo que es peor, sin siquiera darnos cuenta; ¿Será que nuestras almas quedan adormecidas y tibias cuando es la hora de amar a mis hermanos? Encuentra a Dios, no lo busques, Él siempre está a tu lado y percibe su Amor y hazte digno de todos sus regalos, porque si reconocieras los dones y talentos que Dios te ha dado para el amor, podrías lograr un espacio de felicidad en este mundo para todos y seria la manera de que sientas en tu alma una gran paz ya que extenderías el fuego que te dio luz el día de celebración de la Vigilia Pascual y eso también te hará sentir la plena felicidad.
¡Es increíble!! No te das cuenta?, Jesús siempre está pendiente, preocupado y amándonos sin cesar, dictó a Santa Faustina Kowalska en Vilna (Lituania) en Setiembre de 1935 la Coronilla de la Divina Misericordia y la denominó “La última tabla de Salvación para los pecadores”.
Todo el que la rece recibirá gran misericordia, hasta el pecador más empedernido, si la reza una sola vez convierte su vida y ofrece a Cristo su alma, albergando la gracia de su Misericordia Infinita, Él desea que el mundo entero conozca su Misericordia y concede gracias inimaginables a las almas que confían en su Misericordia infinita.
Este es un nuevo regalo, precioso sin dudas, que todos podemos aprovechar y tomar con nuestras manos y empezar a recitarlo pensando en su infinito Amor.
La Coronilla se reza con las cuentas del Rosario, preferentemente a las tres de la tarde (hora de la Misericordia), de la siguiente manera:
CORONILLA A LA DIVINA MISERICORDIA
1. Comenzar con un Padre Nuestro, Avemaría, y Credo (de los apóstoles).
2. En las cuentas grandes correspondientes al Padre Nuestro (una vez) decir:
«Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo,
la Sangre, el Alma y la Divinidad
de Tu Amadísimo Hijo,
nuestro Señor Jesucristo,
como propiciación de nuestros
pecados y los del mundo entero.»
3. En las cuentas pequeñas correspondientes al Ave María (diez veces) decir:
«Por Su dolorosa Pasión,
ten misericordia de nosotros
y del mundo entero.»
4. Al finalizar las cinco decenas de la coronilla se repite tres veces:
«Santo Dios, Santo Fuerte,
Santo Inmortal, ten piedad de
nosotros y del mundo entero.»
5. Oración final (opcional):
“Oh Sangre y agua que brotaste del Corazón de Jesús como una fuente de misericordia para nosotros, en Ti confío.”
El Domingo 3 de abril, se celebra la fiesta de la Divina Misericordia, una celebración preciosa que el buen Jesús y la Iglesia ponen a disposición de todos para acercarnos al Infinito y asombroso Amor de Dios.