ORAR: CON CONSTANCIA Y CONFIANZA.
Seguimos en la Escuela del Señor de la mano del Evangelista San Lucas. El pasado domingo nos invitaba a dar gracias a Dios por los dones recibidos, a ser agradecidos con el Señor por el don de la Salvación. Hoy, en este domingo, la Palabra de Dios nos instruye hoy acerca de la oración de súplica, haciendo hincapié en la perseverancia y la fe (confianza) con que hemos de orar al Señor, no tanto porque de esa forma le importunemos hasta obligarlo a concedernos lo que le pedimos –como parece desprenderse a primera vista de la parábola del juez y la viuda–, cuanto porque, orando sin desfallecer, le damos a entender nuestra entera confianza en Él.
Jesús utiliza esta parábola que llamamos del “juez injusto” para invitarnos a que perseveremos en la Oración. Y es que necesitamos orar. Santa Teresa de Jesús cuya fiesta hemos celebrado el pasado martes define la Oración como: “Tratar de amistad con Aquel sabemos nos ama”. Y es que la Oración, el diálogo con el Señor, y la escucha de su Palabra será nuestro alimento para poder perseverar en la vida cristiana.
La parábola dl Evangelio de este domingo nos invita a redescubrir a Dios en toda su bondad. Si un juez injusto es capaz de hacer justicia a una mujer por su insistencia, como se nos dice en la parábola, mucho más Dios. No siempre somos capaces de perseverar en la oración, frecuentemente nos cansamos porque queremos resultados inmediatos y no es nuestro deseo principal la súplica de vivir en la voluntad de Dios. La oración nos lleva a vivir en una relación de amor con Dios. No acudimos, cuando rezamos, a un dispensador de soluciones, sino a Alguien que nos ama y que quiere que su amor llegue a todos los hombres.
La oración nace de la fe y alimenta, a su vez, la fe. Es la fe, la confianza plena en la bondad y misericordia de Dios la nos mueve a acudir a Él en toda necesidad. Es la experiencia de su amor, experiencia alimentada por medio de la oración, la que nos mueve a trabajar para que este amor y esta misericordia la experimenten los demás, los que están a nuestro alrededor, los que no conocen al Señor.
Y este deseo que el amor y la misericordia de Dios lleguen a todos los hombres es lo que hoy queremos expresar en esta Celebración del DOMUND (Domingo Mundial de la Propagación de la Fe).
Esta Jornada la celebramos en el marco de este Mes Misionero Extraordinario al que nos ha convocado el Papa Francisco y que lo estamos celebrando con el lema: “Bautizados y enviados”.
Con este lema se nos está recordando que hemos de vivir la misión recibida en el Bautismo: anunciar y testimoniar a Jesucristo. Como miembros de la Iglesia no podemos olvidar el Mandato Pascual de Jesús: “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio (Mc 16,15)
Todos y cada uno de nosotros estamos llamados a ser misioneros allí donde nos encontramos. Tenemos que tener preocupación por el anuncio de Jesucristo hoy a tantos hermanos nuestros, de nuestro alrededor, que se han alejado del Señor, viviendo como si Dios no existiera, o que aún no le conocen, no le han descubierto presente en sus vidas. Sin anuncio no puede haber fe. La fe viene es suscitada por el anuncio del Señor, por la proclamación de la Palabra de Dios, de esta Palabra hemos de ser altavoces con nuestra propia vida, con nuestras obras y palabras.
Por esta intención hoy rezamos: para que sean muchos hombres y mujeres los que descubran a Jesucristo. Al mismo tiempo pedimos por todos los misioneros y para que el Señor suscite nuevas vocaciones misioneras que sigan difundiendo el Evangelio.
Y con esta tarea hemos de renovar nuestro compromiso para con el Señor. En el Mensaje para este día del Domund del Papa Francisco se nos dice: “yo soy siempre una misión; tú eres siempre una misión; todo bautizado es una misión…Para el amor de Dios nadie es inútil e insignificante. Cada uno de nosotros es una misión en el mundo porque es fruto del amor de Dios “
Hermanos y Amigos que cuidemos mucho la Oración, nuestro trato de amistad con el Señor, cada día. Que confiemos cada día más en el Señor. Y que esta Oración sea motor para llevar adelante la misión de anunciar a nuestro alrededor a Jesucristo y así muchos se encuentren con El y le descubran presente en sus vidas y que es la fuente de la felicidad auténtica.
¡Feliz Domingo! Y adelante con la misión.
Adolfo Álvarez. Sacerdote