El matrimonio canónico es sagrado, bendecido por Dios e indisoluble, “lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre”. Sin embargo en la actualidad el matrimonio por la Iglesia se celebra en multitud de ocasiones sin que los contrayentes sean conocedores de la realidad de las obligaciones y compromisos que se adquieren, incluso muchas veces se celebra con dolo y engaño. Es por eso que vamos a vislumbrar por encima, las causas por las cuales un matrimonio celebrado por la Iglesia puede ser declarado nulo, es decir : nunca existió.
El examen de los novios ( c.1067) es de suma importancia y de él se deben concluir las siguientes certezas:
- Que soy cristiano y deseo contraer matrimonio, como lo manda la Santa Madre Iglesia.
- Que voy al matrimonio con plena libertad, sin coacción alguna por parte de nada ni de nadie y que no creo exista impedimento civil o canónico que se oponga a la validez o licitud del Sacramento que deseo recibir.
- Que me comprometo sinceramente a crear una verdadera comunidad de vida, fundamentada en el amor y en la fidelidad, tal como lo entiende la Iglesia Católica a la que pertenezco.
- Que deseo establecer con mi cónyuge un lazo sagrado indisoluble, que nadie ni nada, durante nuestras vidas, pueda destruir.
- Que acepto, responsablemente, los hijos que puedan nacer de nuestra unión, a los que deseo dar una educación humana y cristiana lo más perfecta que me sea posible.
- Que, por mi fe, tengo la seguridad de que por el Sacramento del matrimonio Dios se compromete con nosotros y bendecirá nuestro proyecto de vida y nuestros esfuerzos para lograr mayor amor, justicia y paz entre los hombres.
Puede añadirse a esta declaración alguna observación, y finalmente se firma.
Es por esa razón que se hacen cinco preguntas a los Testigos del contrayente y de la contrayente, después de que ratifican algunos datos personales de los novios, se les formulan cinco breves preguntas. Según a Ud. le consta,
1.¿Se casa libremente, sin ninguna coacción? 2. ¿Es opuesto a la fe o a las prácticas religiosas? 3. ¿Está casado civil o religiosamente? 4. ¿Entre ellos existe algún otro impedimento? 5. ¿Acepta la fidelidad conyugal, la indisolubilidad y la procreación?
Vemos por tanto que cuando uno o varios de estos requisitos son fingidos y en el fondo del corazón no existen esas intenciones, puede haber causa clara de nulidad matrimonial y así podemos encontrarnos por ejemplo que uno de los contrayentes o ambos, finjan ser cristianos para casarse pero en la realidad no sea así; podemos ver que uno de los novios o los dos por motivos determinados no sean libres para casarse voluntariamente, sino que detrás existan obligaciones implícitas que se cree hay que cumplir, podemos encontrarnos con contrayentes que aunque aparentemente den el consentimiento para tener y educar en cristiano a los hijos realmente no exista la intención de tenerlos, etc.
Las casuísticas son muchísimas, es por ello que los Tribunales Eclesiásticos hoy en día tramitan tantos expedientes de nulidad.
El matrimonio canónico es un Sacramento de la Santa Madre Iglesia que ambos contrayentes antes de celebrar, deben conocer y valorar en toda su profundidad, sin engaños ni dolos, responsablemente y con todos los matices bien claros; De esa manera este Sacramento asegura que Dios esté presente en esa unión sagrada , siendo el nexo que la una , la proteja y bendiga por siempre.