Hoy el Evangelio de San Mateo nos habla del “ojo por ojo, diente por diente”, una ley tan antigua como el mundo y que todavía hoy sigue vigente; la podríamos llamar también la ley de la venganza, una fiera tan feroz que solo lleva a la multiplicación infinita del mal y por tanto al maligno.
Ante una ofensa o un daño, instintivamente nos sentimos heridos y queremos devolver el golpe, pensamos en justicia y nos erigimos en jueces dictando por tanto sentencia inmediata, de la misma manera nos convertimos en verdugos y ejecutamos la sentencia que hemos decidido unilateralmente.Sin embargo Jesús vino a cambiar esto y nos dice : «Ama a quien te odia, ruega por quien te persigue, disculpa a quien te calumnia, bendice a quien te maldice, haz el bien a quien te hace daño, sé pacífico con el pendenciero, condescendiente con el que te desagrada, socorre de buena gana a quien recurre a ti y no te aproveches de él; no critiques, no juzgues».
Desde nuestra perspectiva podemos estar cargados de razones, pero no podemos olvidar que el hombre no conoce los entresijos de las acciones humanas, sin embargo Dios lo conoce todo ; Él es el único que puede juzgar con justicia, es el único que tiene los conocimientos precisos para poder hacerlo, si somos tan ignorantes y realmente no sabemos nada en lo profundo…..¿qué arreglamos devolviendo mal por mal? , únicamente perpetuar la maldad ; sin embargo si ante una ofensa actuamos comedidamente y aunque sea con muchísimo esfuerzo logramos al menos no responder con maldad , incluso hacer un bien aunque sea en oración por quien nos ha hecho daño, conseguimos que triunfe el Amor y el Amor es infinito y eterno .
Dios es Amor y se nos dice que debemos amar a semejanza de Dios y por respeto a Dios que ha creado a todas las criaturas y que hace llover sobre justos e injustos.
A Dios le corresponde dar sol y rocío eternos o fuego y granizo infernales, mientras tanto nosotros, cristianos, hemos de intentar cumplir su precepto,
¡¡¡Amad!!!
¡¡¡Amad a Dios!!! ¡¡¡Amad al Prójimo!!!