La persona de María es el regalo más precioso que Dios ha dado a la humanidad después de Su propia entrega, pues la Santísima Virgen siendo una criatura es sin embargo la más Santa, la llena de gracia y de virtudes , concebida sin pecado original , y siendo Madre de Dios es también madre de cada uno de nosotros.
María se caracteriza por la obediencia hacia lo que Dios le pide, Dios le pidió ser Virgen, obedeció; Dios le pidió ser esposa, obedeció llevando la pureza a su matrimonio; Dios le pidió ser la Madre del Hijo del dolor, del que sufriría por todos los pecados del mundo de todos los tiempos, de aquel Varón de Dolores que Ella conocía por Isaías y por la inmensa Sabiduría que Dios puso en Ella, y obedeció.
María abrazó la voluntad de Dios , dijo Sí, sin pensárselo, sin reparos , sin dudas, obedeció sin más y con su sí nos libró del no de Eva, que quiso el disfrute , la libertad, que desobedeció a Dios y con ello nos marcó a todos.
La toda llena de Gracia renunció a su propia voluntad, anteponiendo la de Dios.
Por la desobediencia entró el pecado en el mundo, satanás es el rey de la mentira y con la mentira consiguió que los primeros padres pecaran contra Dios; el demonio puede fingir las virtudes para engañarnos y conseguir retorcidamente sus deseos, siempre contrarios a la voluntad de Dios pues él odia el Amor, odia al hombre, su esencia es odiar.
Sin embargo hay una virtud que el demonio no puede fingir y esa es la obediencia, su extrema soberbia no se lo permite ni siquiera mintiendo.Por eso gracias a la obediencia de María tenemos a Dios hecho hombre, gracias a María Dios ha podido encarnarse en uno de nosotros y compartir nuestra naturaleza humana, ha podido morir por amor a cada ser humano, ha vivido sufriendo nuestros pecados y ha muerto por ellos, para salvarnos.
María ha sido la que con su obediencia ha hecho posible la obra de la Salvación, nos ha dado al Redentor de la humanidad, elevándose a la altura de Corredentora.
La Bienaventurada siempre Virgen es la criatura humana que ha logrado pisar la cabeza de la serpiente ensalzándose con las virtudes de la humildad, de la obediencia, del Amor.En la oración del Padre Nuestro oramos “hágase tu voluntad en la tierra como en el Cielo” , estamos diciendo que queremos ser obedientes a la voluntad de Dios; que la Santísima Virgen María nos ayude en esta labor para lograr hacer del mundo un lugar mejor, el Reino que tanto deseamos .