Jesús dijo la famosísima frase “Muchos de los primeros serán los últimos , y muchos de los últimos serán los primeros”, Él lo menciona en el encuentro con el joven rico, que aún siendo justo no quiere abandonar sus riquezas para seguir a Jesús, pues el Evangelio dice que eran muchas.
Esta curiosa y famosa frase nos la repite Jesús en la parábola del propietario que salió a contratar obreros para su viña, trató con ellos como jornal un denario por día, al caer la tarde salió de nuevo y encontró más jornaleros y los envió también a su viña, al acabar la jornada pagó un denario a los primeros y un denario a los últimos, ante lo cual los primeros protestaron, pero el propietario responde “Amigo , no soy injusto, acaso no habíamos tratado un denario, toma lo que es tuyo y vete, quiero dar a este que llega el último lo mismo que a ti, ¿O no tengo derecho a disponer de mis bienes como me parece?,¿Por qué tomas a mal que yo sea bueno?”.
Vayamos ahora a ver una tercera escena, la última cena Pascual, allí Jesucristo como si fuese un esclavo, se dispone y prepara para lavar los pies a sus discípulos, diciendo “ el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será esclavo de todos, que tampoco el Hijo del Hombre ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos.» (Mc 10, 43-45).
Esta frase de Cristo es una constante en su vida, porque Él mismo siendo el Primero se convirtió en el Último , Jesús siendo Dios-Hijo venido al mundo por Amor , nació en el más humilde de los entornos, vivió la más humilde de las existencias, entregó su vida como el más vil de los villanos, en la más cruel y denigrante de las muertes, de la cual hoy en día podemos evidenciar cada vez más pruebas científicas pues conservamos multitud de reliquias entre las que destacan la Sábana Santa de Turín y el Santo Sudario de Oviedo.
Pero vemos también que siendo el Último volvió de la muerte para ser de nuevo el Primero, el Resucitado, el Hijo de Dios Vivo por los siglos de los siglos, para enseñarnos el camino que hemos de seguir si queremos estar con Él, porque la medida del Amor de Dios no es la medida humana que conocemos pues Dios que es Amor es infinitamente sorprendente .