Jesús en el Poema del Hombre Dios nos explica las tres fases de salvación de un alma, la guía que han de seguir sus Apóstoles , Doctores de las Almas, para atraerlas a Dios y alejarlas del Abismo.
La primera de las fases es :
Ser integrísimos para poder hablar sin temor a que nos hagan callarnos. Esto lógicamente es lo más difícil, es lo que decían de Jesús , “Este habla con autoridad “, es decir dice lo que hace, no hace una cosa y predica otra, este es el primer trabajo para romper la costra del duro terruño y prepararlo para la semilla, es el trabajo más duro y más difícil tanto para quien lo hace como para quien lo recibe, porque la Palabra debe penetrar como penetra la reja de arado en la tierra, debe herir para abrir, dolor que se hace fecundo y hace fértil la tierra.
La segunda fase es trabajar incluso donde otro, menos enamorado de su misión, querría huir. Dejarse la piel en el esfuerzo de arrancar cizaña, para poner al desnudo el terreno arado y que resplandezca sobre él, como resplandece el sol, el poder de Dios y su bondad. Es preciso actuar siendo a la vez juez y médico , ser severo pero compasivo , firme y paciente, dejar un período de espera , que es muy importante, para dar tiempo a las almas de superar la crisis, meditar y finalmente decidir.
La tercera fase es amar y llega en el momento en que el alma en el silencio se arrepiente y llorando y pensando en sus errores reúne fuerzas para ir tímidamente hacia el Apóstol , con miedo a ser rechazada , entonces éste ha de tener un corazón más grande que el mar , más dulce que una madre, más enamorado que un esposo o una esposa y ha de abrirlo para que broten de él olas de ternura para que las palabras de Amor hablen a través del Apóstol pues Dios es Amor y como bálsamo que fluye sea medicina para los espíritus.
Si los doctores de las almas consiguen que los pecadores les amen, que las almas gusten del sabor de la caridad celestial , la dulzura del alivio de sentir el Infinito Amor de Dios por cada uno de nosotros, ya no buscarán ningún otro alimento.
Doctores de las Almas decid en nombre de Jesús : “Ama y yo te perdono»; decid: «Ven, Jesús te abre los brazos»; decid: «Gusta este Pan angélico y esta Palabra y olvida el infierno y las burlas de Satanás». Y, mientras venís a mí, cargados con estas ovejas heridas, tranquilizad a estas ovejas errantes, decid: «Todo está olvidado en este momento»; decid:
«No tengas miedo del Salvador, que ha venido del Cielo por ti, exactamente por ti; yo sólo soy el puente para llevarte a Él, que te está esperando, al otro lado del arroyo de la absolución penitencial, para conducirte a sus pastos santos, cuyos comienzos están aquí, en la tierra, pero que luego prosiguen, con Belleza eterna que alimenta y embelesa, en los Cielos».
Levantad la cabeza. El Cielo está arriba.