Seamos conscientes o no, lo cierto es que pasamos nuestra vida buscando la felicidad, desconociendo que encontrar la felicidad es encontrar a Jesucristo, esto es así porque Él es el Amor de nuestra vida y porque Él también nos busca incansable y permanentemente.
Dios hijo , el Verbo encarnado a través del cual se nos revela el Padre y por el cual tenemos el Espíritu, nos pensó , nos deseó y nos ama, vino a buscarnos desde el Cielo hace dos mil años haciéndose el más pequeño y humilde de los hombres , vino a enseñarnos la grandeza del verdadero Amor y nos mostró el camino para estar con Él y viene hoy cada día a buscarnos nuevamente porque sabe que solo a su lado encontramos la calma, el sosiego, la paz, la felicidad.
Ahora bien , en la práctica ¿dónde lo puedo encontrar?, Jesucristo está en la Eucaristía, presente, real , se ha hecho Pan de Vida cumpliendo su promesa “Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28.18) ; Jesús nos espera en cada uno de los Sagrarios de nuestras Iglesias que tienen la lámpara encendida , ahí está esperándote infinitamente paciente.
Jesucristo está en la Iglesia, está presente en los Sacramentos, está presente en la Asamblea, en cada uno de nuestros hermanos, cada alma creada por el Padre Eterno forma parte de Él.
Jesúcristo está esperándonos en la Palabra de Dios, la Palabra Viva y Eterna que no se pasa de moda porque viene de Dios, que no está sujeta al tiempo ni a las costumbres de cada época porque es eternamente perfecta, mediante su Palabra nos habla y nos dice la Verdad, esa Verdad de la que Él nos explicó que nos hará libres.
Jesucristo se encuentra también en los ministros ordenados, en nuestros sacerdotes, cuando un sacerdote celebra la Santa Misa lo hace en persona de Cristo, no es solo el sacerdote el que está allí, allí está presente a través de él nuestro Señor.
El Señor, » el Amor de los Amores» , Aquel que desea que seas feliz , que te busca de forma constante , está impaciente porque te quieras dejar encontrar.