En la primera lectura del día de hoy , San Pablo (Corintios 2 4,7-15) nos dice:
“Hermanos: Nosotros llevamos un tesoro en recipientes de barro, para que se vea bien que este poder extraordinario no procede de nosotros sino de Dios.”
¿Qué nos quiere decir San Pablo con esta metáfora tan gráfica y hermosa? Tras la caída de Adán y Eva la condición humana que en principio para los hombres era perfecta , cambió, a partir de aquel momento cada uno de los seres humanos creados y pensados por Dios pasaron a ser como vasijas de barro, frágiles, fáciles de romper y hacerse añicos.
Sin embargo a pesar de esto, dentro de cada uno de nosotros hay un tesoro de incalculable valor pues Dios nos hizo a su imagen y semejanza y nos infundió a cada uno de los seres humanos el alma y gracias a Jesucristo que nos reconcilió con Él , la gracia puede vivir dentro de nosotros, el Espíritu de Dios puede habitar en nuestro interior si le dejamos.
Es de esa manera que aún siendo vasijas de barro tenemos un tesoro dentro, un tesoro de valor incalculable, un tesoro eterno y que no se ve desde el exterior, y de esa manera tal y como San Pablo nos dice “Estamos atribulados por todas partes, pero no abatidos; perplejos pero no desesperados, perseguidos pero no abandonados; derribados pero no aniquilados.”
Jesús vive en nuestro interior y así lo que era barro se convierte por la Gracia de Dios en algo de incalculable valor , en algo precioso y único , en un tesoro maravilloso que custodiamos en nuestro interior , porque la vida de Jesús se puede manifestar en nuestra carne mortal.
De esa manera ante las dificultades que se pueden presentar en nuestra vida, ante las contradicciones que vivimos en el mundo actual y que tenemos que enfrentar ¿qué podemos hacer? ¿Nos rendimos? ¿Nos escondemos?, San Pablo nos lo explica, podremos estar abatidos pero no desesperados, derribados pero no aniquilados porque Jesús nos da la Esperanza y nos muestra el Camino, hay que levantarse y seguir luchando para que un día cuando el barro se rompa , el tesoro que llevamos dentro pueda relucir y brillar por siempre sin fin.