Recientes investigaciones científicas aportan datos y pruebas nuevas que de nuevo corroboran la veracidad de la Sábana Santa de Turín y del Santo Sudario de Oviedo .
Son tantas y tan variadas las pruebas científicas que existen, contexto histórico, de palinología, pruebas del tejido, pruebas de la sangre, el indescifrable negativo fotográfico que aparece y que ningún científico puede hoy en día recrear, las pruebas forenses, etc. , que ya de por sí son suficientes.
Recientemente aparecen dos estudios científicos que siguen avalando los hechos, la Universidad católica de Murcia en un estudio médico-forense realizado por Alfonso Sánchez Hermosilla, director del centro español de Sindonología declara que el estudio fue “realizado conjuntamente sobre el Sudario de Oviedo y la Síndone de Turín” y “no solo reafirma que ambas prendas envolvieron a la misma persona, sino que además ésta, cuando ya era cadáver y estando en posición vertical, sufrió una herida penetrante que le atravesaría el hemitórax derecho, con entrada por el quinto espacio intercostal y salida por el cuarto, próxima a la columna vertebral y la escápula derecha, dejando marcas de coágulos de sangre y de líquido pleuro-pericárdico en ambas prendas (en la Síndone por su contacto con los orificios de entrada y salida, y en el Sudario con el de salida)”, la herida de lanza que San Juan nos relata.
De otro lado Barbara Frale, experta italiana del Archivo Secreto del Vaticano asegura que en la tela hay restos del Certificado de Sepultura de Jesús; ya en 1978 un grupo de expertos encontró restos de palabras en la tela , la experta italiana estudió la legislación romana de la Palestina del año 30 y descubrió que un condenado a muerte debía de estar doce meses en la fosa pública antes de entregarlo a la familia. El caso de Jesús fue muy diferente, los Evangelios nos dicen que José de Arimatea y Nicodemo se encargaron de reclamar el cuerpo a Poncio Pilato, el cual autorizó dicha entrega, es por ello que una vez colocado el sudario se pusieron en la cabeza unas tiras de papiro con letras grandes en las que se explicaba quien era el difunto, la fecha de la muerte, el motivo de la condena y la fecha en que se podía entregar el cuerpo a la familia; según la experta estas tiras de papiro estuvieron pegadas a la Sábana Santa durante siglos y tras varias reacciones químicas algunos restos pasaron al lienzo.
La Sábana Santa de Turín y el Santo Sudario de Oviedo continúan hablándonos, más bien gritándonos , dos mil años después ; es preciso estar sordos y ciegos para no ver con claridad lo que aquí se nos muestra.