Continuamos hoy con el itinerario penitencial realizado en Tierra Santa por los padres franciscanos en Cuaresma, visitando esta vez Getsemaní ; en el valle del Cedrón , al este de Jerusalén, en la base del monte de los Olivos nos encontramos la Basílica de la Agonía, también llamada de las naciones , el Huerto de los Olivos, la Gruta del prendimiento y la tumba de María.
Vamos a centrarnos en la Basílica de la Agonía : protegiendo el lugar donde oró Jesús , según la tradición allí está la Roca donde Jesús lloró , sudó sangre y se sometió a la voluntad del Padre por Amor, ( nos lo cuenta Orígenes en el año 253, Eusebio de Cesarea en el año 330, la peregrina española Egeria en el año 384, y algunos años más tarde San Jerónimo ); en ese preciso lugar que la tradición nos ha conservado hasta hoy se levanta la Basílica de la Agonía sobre los restos de las Iglesias cruzada y bizantina.
Los peregrinos de hoy, al igual que los del pasado, pueden tocar y venerar la roca en el presbiterio, a los pies del altar, dentro de una balaustrada que imita el estilo paleocristiano y que separa el presbiterio de la nave central.
Cuando entramos en la Basílica de la Agonía la primera impresión que recibimos es la oscuridad, la penumbra ; todo en Tierra Santa brilla con una luz especial, sin embargo la Basílica de la Agonía está ambientada en la noche, sus doce bóvedas están decoradas con mosaicos sobre un fondo azul oscuro bajo un cielo estrellado enmarcado en ramas de olivo, en cada una de las bóvedas están representados motivos de la Pasión; en el ábside central la mirada se eleva directamente hacia la escena de la agonía de Jesús.
Este templo nos introduce en el misterio de la Oración en Getsemaní, en el misterio del dolor , la angustia, la congoja y la agonía que sufrió Jesús antes de su entrega, un trauma psíquico superior a sus fuerzas que culminó con la efusión de sangre provocada por el desequilibrio circulatorio causado por el esfuerzo de vencerse y de resistir el peso que sobre Él se cernía.
Evangelio según San Marcos :
32 Llegan a un huerto, que llaman Getsemaní, y dice a sus discípulos: «Sentaos aquí mientras voy a orar». 33 Se lleva consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, empezó a sentir espanto y angustia, y les dice: 34 «Mi alma está triste hasta la muerte. Quedaos aquí y velad». 35 Y, adelantándose un poco, cayó en tierra y rogaba que, si era posible, se alejase de él aquella hora; 36 y decía: «¡Abba!, Padre: tú lo puedes todo, aparta de mí este cáliz. Pero no sea como yo quiero, sino como tú quieres». 37 Volvieron, y al encontrarlos dormidos, dijo a Pedro: «Simón ¿duermes?, ¿no has podido velar una hora? 38 Velad y orad, para no caer en tentación; el espíritu está pronto, pero la carne es débil».
En recuerdo de las naciones que contribuyeron a la realización de la Basílica, construida entre 1922 y 1924 se reproducen sus escudos y banderas en las cúpulas y en los mosaicos del ábside. Comenzando por el ábside de la nave izquierda, figuran Argentina, Brasil, Chile y México; en la nave central: Italia, Francia, España e Inglaterra; en la nave derecha: Bélgica, Canadá, Alemania y Estados Unidos. Debido a esta colaboración internacional, la iglesia se denomina también «Basílica de las Naciones».