En el número de Enero-Febrero 2017 de la revista Tierra Santa, aparecen dos artículos dedicados por completo al Santo Sepulcro, a su historia más reciente y a lo que se ha encontrado al realizar las obras de restauración de la Tumba y del Edículo; todos nos hemos sorprendido del hallazgo, empezando por la propia responsable de los trabajados de restauración , Doña Antonia Moropoulouu.
La historia del Santo Sepulcro es muy agitada, la cueva excavada en la roca donde se depositó el cuerpo de nuestro Señor fue venerada por los primeros cristianos, pero en el año 135 de nuestra era, el emperador Adriano quiso hacer desaparecer la veneración por aquel Sagrado Lugar construyendo encima un templo pagano y en el sitio de la Cruz elevó una estatua de Venus, asimismo en el espacio de la tumba construyó una estatua a Júpiter ; sin embargo los primeros cristianos continuaron conservando la memoria del lugar.
En el año 336 de nuestra era, irrumpe el emperador Constantino y destruyendo el templo pagano construye un Templo ya cristiano, destruye el lecho de roca para sacar a la luz el lugar auténtico de la tumba de Cristo la cual es separada de la colina para incluirla dentro de la primera gran Iglesia del Santo Sepulcro; su intención era buena pero en realidad la transformación que hace del lugar lo aniquila en parte.
En el año 1009 se destruye el edificio por la invasión de El-Hakem y es reconstruido por los Cruzados en el año 1149, esa estructura cruzada es más o menos la que se conserva hasta hoy.
Una historia tan llena de destrucción y reconstrucción nos hacía pensar que poco podía quedar de la auténtica roca de la Resurrección, sin embargo tras los trabajos hechos ahora de restauración hemos podido ver que queda más lecho de roca del que todos imaginábamos, la propia arqueóloga ha quedado sorprendida pues queda una gran parte del lateral de la tumba y queda también parte del lecho donde el Señor fue depositado así como de la roca pegada a él; de hecho existe ya una reconstrucción en 3d de los restos que aún existen de la Tumba inicial .
En la restauración se ha dejado enmarcado bajo un cristal parte del lateral de roca para que los peregrinos que visitemos ese bendito lugar lo podamos ver.
Tenemos por tanto, un motivo nuevo y emocionante para visitar Tierra Santa, algo que hasta ahora permanecía oculto, la roca de la Tumba del Señor, queda ahora a la vista para satisfacción y alegría de todos los cristianos.
Animémonos a visitar la tierra de Jesús, a ver y tocar la historia de nuestra Salvación, ¡¡es una experiencia increíble e inolvidable!!.