Ser cristianos es apostar siempre por la vida, por el amor, por la justicia. Un año más Manos Unidas llama a la puerta de nuestro corazón para pedir nuestra solidaridad. Cada campaña de Manos Unidas, Campaña contra el hambre ,nos invita a concienciarnos y a abrir el corazón a las necesidades de los pueblos mas pobres.
Manos Unidas viene escribiendo una historia de solidaridad con los hambrientos y empobrecidos de la tierra; durante todo el año, pero sobre todo en la Campaña anual que se celebra en este mes de febrero y más concretamente en este sábado y domingo, 11 y 12 de febrero 2017. Este Año esta Campaña se celebra con el lema: “El mundo no necesita más comida. Necesita más gente comprometida”.
Manos Unidas es una Organización no Gubernamental para el Desarrollo, Católica de voluntarios, que desde 1960 lucha contra la pobreza, el hambre, la malnutrición, la enfermedad y también contra sus causas: la injusticia, el desigual reparto de bienes, así como la insolidaridad y la insensibilidad.
No podemos olvidar que el hambre es contrario al plan de Dios. En su origen hay muchas causas estructurales que hay que cambiar. Pero en la raíz aparece siempre el egoísmo y la insolidaridad en que se basan el desarrollo de los países más ricos. En muchas ocasiones, el dinero y los beneficios tienen más derechos que las personas y son puestos por delante de los derechos y la justicia que se debe a las personas. Se olvida la dignidad inherente a todos los seres humanos, por ser criaturas de Dios Por eso, la lucha a favor de la justicia y la vida digna pide una nueva ética mundial, basada en el destino universal de los bienes. Otros Arciprestazgos se comprometen a otros proyectos.
Hemos de apoyar como creyentes a Manos Unidas en la lucha contra el hambre en el mundo. La Campaña de este año quiere ser de concienciación pues según cálculos realizados unos 1300 millones de toneladas de alimentos aptos para el consumo acaban en la basura cada año, lo que supone un tercio de la producción total de alimentos. De ahí que la Campaña de este año, quiera concienciarnos y comprometernos con la concepción de que los alimentos son comida para todos los seres humanos y no solo negocio ; se quiere concienciarnos y comprometernos con una agricultura sostenible, concienciarnos y comprometernos con un aprovechamiento integral de la producción evitando la pérdida y el desperdicio de los alimentos. Concienciarnos y comprometernos con el fomento de los valores a favor de la dignidad de toda persona humana. Y es que el mundo produce alimentos para alimentar a más habitantes de los que ahora poblamos la tierra. Es un escándalo que hoy 800 millones de personas pasen hambre.
En este marco hemos de recordar las palabras del Papa Francisco: “La tierra es casa común y sus bienes son para todos” (LS 93) “ El hambriento nos pide dignidad no limosna. Las personas y los pueblos exigen que se ponga en práctica la justicia; no sólo la justicia legal, sino también la contributiva y la distributiva. Hay comida para todos, pero no todos pueden comer, mientras que el derroche, el descarte, el consumo excesivo y el uso de alimentos para otros fines, están ante nuestros ojos.” (Discurso en la FAO).
Hermanos y Amigos, Manos Unidas nos ayuda y estimula a que vivamos la dimensión de la caridad, y a este propósito nos viene bien recordar unas palabras de San Juan Pablo II en la Carta “Novo milenio ineunte” (Al comenzar el tercer milenio): “Hacer de la Iglesia la casa y la escuela de comunión, éste es el gran desafío que tenemos ante nosotros en el milenio que comienza si queremos ser fieles al designio de Dios y responder a las profundas esperanzas del mundo”. (n.43), y continúa más tarde, “no debe olvidarse ciertamente que nadie puede ser excluido de nuestro amor desde el momento en que con la Eucaristía el Hijo de Dios se ha unido en cierto modo a cada hombre” (n.49)
¡Colaboremos en esta Campaña de Manos Unidas!. Aportemos nuestro donativo para el proyecto y vayamos creciendo en la concienciación y fomento de los valores que erradiquen el hambre y toda injusticia. La colaboración con Manos Unidas es una forma preciosa de expresar con signos concretos nuestra fe en Cristo, que nos llama siempre al amor y a la solidaridad con todos, especialmente con los más necesitados.
Adolfo Álvarez. Sacerdote