Hagamos un viaje en el tiempo, las agujas del reloj vuelan rápidamente hacia atrás y de pronto nos encontramos en el año 30, en la época del emperador Tiberio, en Judea ; allí presenciamos los hechos maravillosos que obra un judío llamado Jesús , proveniente de Nazaret, que hace milagros, devuelve la salud a los enfermos , la vida a los difuntos , la esperanza a los desesperanzados y convierte los corazones. Pero esa persona tan especial, distinta de cualquier otra, en la que podemos respirar un halo que no es de este mundo, es apresada y condenada a muerte, la muerte más dolorosa y humillante que jamás haya existido, la Crucifixión.
Toda nuestra esperanza se muere, parecía ser Aquel a quien esperábamos, pero los guardias lo detienen y lo azotan, Pilato lo condena a muerte y le cargan la Cruz en dirección al Gólgota , donde acaban de matarlo; el horror se adueña del mundo, el mal prevalece, pero Él perdona y pide por todos nosotros.
Todo podía haber acabado aquí y ser el fin de la historia, pero no, en la madrugada del Domingo aquel que yacía en la tumba “Resucitó” y volvió a la vida, ¡no es posible! , ¡nunca antes había ocurrido!, ¡Si no veo en sus manos las llagas de los clavos, y no pongo el dedo en la llaga de su costado! ; efectivamente ésta es la Mayor y Más Grande Noticia de la Historia de la Humanidad, que hemos dejado de entender porque ya no la vemos como Novedad, sin embargo sigue siéndolo porque es Incomparable a ninguna otra cosa.
El ser humano prácticamente ha perdido la capacidad de sorprenderse y es así que ponemos mucha atención cuando una noticia es nueva, ¿no sabes qué ha ocurrido? Ante la novedad nuestros sentidos se agudizan y escuchamos, pero a nuestro pesar hemos perdido la capacidad de acoger lo que los antiguos cristianos llamaron el Kerygma, el anuncio de la Buena Nueva, que Cristo nos demostró que la muerte no existe, es solo un paso necesario para la Vida Eterna, ¿habrá alguna noticia en todo el orbe y en todo el Universo más importante que ésta?.
Los cuatro Evangelistas no nos hacen una biografía de Jesús, nos trasladan la manifestación de una Convicción profunda , de lo que han vivido los primeros discípulos , del Dios hecho Hombre, que Cristo resucitó de entre los muertos, ellos lo vieron y lo tocaron y entregaron su propia vida como testimonio de esa verdad.
Escuchemos la Buena Nueva como Novedad, no como algo que hemos oído tantas veces que ya no le prestamos atención, pensemos que es la primera vez que lo oímos, el Kerygma .