Últimamente se ha formado bastante revuelo porque la Congregación para la Doctrina de la Fe ha redactado un documento por el cual la Iglesia nos dice que sigue prefiriendo la sepultura de los cuerpos y que aunque acepta la cremación , sin embargo prohíbe esparcir las cenizas , dividirlas entre los familiares o conservarlas en casa.
En este año de la Misericordia que ya casi termina, no está de más recordar que entre las obras de misericordia corporales los cristianos tenemos la de “dar sepultura a los difuntos”; a lo largo de toda la historia del cristianismo esto ha sido así porque creemos en la Resurrección de los muertos, ciertamente si dejamos de creer en la Resurrección del cuerpo parece tener poca importancia lo que hagamos con los restos de las personas fallecidas, máxime si como sabemos al final los restos se convierten en polvo.
Sin embargo no podemos olvidar que el hecho de enterrar a los muertos confiere una dignidad especial al ser humano ; en la historia del cristianismo a lo largo sobre todo de la baja edad Media aparecieron muchísimas manifestaciones de la escultura funeraria y sobre todo a partir de que Alfonso X permitiese los enterramientos en el interior de las Iglesias , se empezaron a desarrollar monumentos fúnebres preciosos , riquísimos, con escenas sobre la vida y la muerte; ¿Por qué? Porque de esta manera se revelaba el deseo del hombre de ser recordado, de perpetuar su memoria, comienza así una tradición tan rica y tan bella que no hay más que pasear por cualquier Catedral de nuestra geografía para poder ver bellísimos sepulcros , de la misma manera nuestros cementerios están llenos de obras de arte maravillosas . El hombre en lo más profundo de su interior desea perdurar , sabe que la Muerte no existe, la muerte es un paso que se da para entrar en la otra vida, la Vida Eterna.
Los cristianos formamos parte de la Iglesia , Cristo es la cabeza de su Iglesia, es por eso que el cristiano desea ser enterrado en un Cementerio o en un lugar Sagrado, antiguamente suponía un trauma tremendo para una persona el hecho de que la excluyeran de enterrarse en Campo Santo, era un castigo; hoy en día hemos perdido la finura y la sensibilidad de formar parte de la Iglesia en la vida y en la muerte hasta que de nuevo nos una la Resurrección del último día.
Para Dios nuestro cuerpo tiene una dignidad infinita, no es algo de lo que nos liberamos al morir y nunca más vemos, nuestro cuerpo glorioso resucitará con nosotros, Cristo nos lo dijo y nos lo demostró en Su persona y tras Él la Santísima Virgen María también fue llevada al Cielo con su cuerpo ; el deseo de Dios es que todos los seres humanos sigamos ese mismo camino.
Ezequiel 37. El valle de los huesos secos;
Por eso profetiza. Les dirás esta palabra de Yavé: «Voy a abrir las tumbas de ustedes, oh pueblo mío, haré que se levanten de sus tumbas y los traeré de vuelta a la tierra de Israel.
Entonces, cuando haya abierto sus tumbas y los haya hecho levantarse, sabrán que yo soy Yavé.
Pondré en ustedes mi Espíritu y vivirán; los estableceré en su tierra y sabrán que yo, Yavé, lo dije y lo hice. -palabra de Yavé.