La última moda que vemos ahora a todas horas en los telediarios son los disfraces terroríficos de Haloween, justo en el momento en que la tradición y todos los cristianos celebramos el día 1 de Noviembre la fiesta hermosa y grandiosa de todos los Santos, es el momento en que “alguien” decide que se debe celebrar “el día de los monstruos, del horror, de la maldad, de los muertos”.
¡¡¡Qué casualidad!!!, el día de todos los Santos celebramos el triunfo de la Vida sobre la muerte, con alegría festejamos que la vida no termina , se transforma, y que ya una multitud de seres humanos que nos han precedido , han pasado a la vida eterna donde no existe el dolor , ni la muerte, ni el mal, solo la felicidad de estar junto a Dios; los Santos interceden por nosotros constantemente, nos vigilan y nos cuidan y nos llevan de la mano, no los podemos ver, pero como el aire que respiramos ahí están.
Como contraposición nos asombran las noticias donde vemos como aparecen por las calles las figuras de payasos terroríficos esperando por las esquinas y en la oscuridad con hachas, moto-sierras, palos, aterrorizando a las personas que no saben cómo actuar ante una situación así , pues realmente no entienden si es una broma pesada o alguien malvado intenta hacerles daño, de hecho esos payasos ya han producido lesiones a algunas personas y viceversa, y es de ese modo que una moda que nace en Estados Unidos se va extendiendo por el mundo entero y lo que parecía una tontería cada vez nos confunde más y se convierte en algo malo.
Las familias visten a sus niños de muertos, de brujas, de monstruos y salen a celebrar esa noche lo feo, la muerte, la maldad, parece que celebremos la noche de los demonios en lugar de la noche de los Santos ; sin embargo increíblemente no nos damos cuenta de lo que hacemos y no somos conscientes de la magnitud del error.
La fiesta de Haloween intenta desdeñar la fiesta de Todos los Santos, el mal intenta superar al bien, en contraposición a ello, existen ya Diócesis que promocionan la fiesta de Holyween, ¿en qué consiste? Consiste en vestir a los niños pero no de muerte, de vida, en disfrazarlos de Santos, tenemos miles de Santos de los cuales podemos aprender, es una forma maravillosa no solo de hacerles sentir la grandeza del bien sino también de darles a conocer tantas cosas bellas sobre la vida de nuestros mártires, de nuestros Santos, existen gran cantidad de disfraces que podemos lograr y que harán que nuestros niños crezcan en el amor y no en el miedo.
Qué bonito sería que las calles se llenasen de hermosos niños vestidos de Santos y que con alegría inundasen nuestras villas y ciudades, todo empieza por unos pocos, quizá este año empecemos a cambiar las cosas y hagamos de nuestro mundo un lugar mejor.