La Esclavitud , jurídicamente hablando, es una situación por la cual una persona (el esclavo) es propiedad de otra (el amo); ha existido a lo largo de toda la historia de la humanidad, sobre todo en la antigüedad, ahora aunque en mucha menor medida también existe.
La abolición de la esclavitud comienza con una Carta de San Pablo a Filemón, en aquella época en la que el Imperio Romano dominaba el mundo y la esclavitud era uno de los pilares fundamentales que lo mantenía, en un tiempo en que el mundo era inconcebible sin ella, San Pablo dice a Filemón que trate a su esclavo Onésimo como a un hermano, todavía se conserva parte del papiro en que se escribió esta Epístola, denominado Papiro 87, con un fragmento de los versículos 13-15 que data del año 250.
En la primera lectura de hoy San Pablo escribe a los Efesios, “Sirvan a sus dueños de buena gana como si se tratara del Señor y no de los hombres, teniendo en cuenta que el Señor retribuirá a cada uno el bien que haya hecho , sea un esclavo o un hombre libre. Y ustedes patrones, compórtense de la misma manera con sus servidores y dejen de lado las amenazas, sabiendo que el Señor de ellos , que lo es también de ustedes, está en el Cielo y no hace acepción de personas.”
Vemos por tanto como el Amor cristiano desde el principio iguala a los hombres, Cristo murió por todos. Gracias al emperador Constantino el cristianismo se convierte en la religión oficial del Imperio Romano, comienzan entonces a aparecer a partir del año 313 las primeras leyes a favor de los esclavos , posteriormente fue en la Edad Media, durante la cristiandad, cuando la esclavitud que se había conocido hasta entonces, fue dando paso a la servidumbre del feudalismo, un sistema mucho más benévolo ; posteriormente fue en 1537 cuando el papa Pablo III publicó una bula prohibiendo la esclavitud de los indios.
Podemos decir sin temor a equivocarnos que el cristianismo ha defendido siempre los valores fundamentales del ser humano, la dignidad de la persona, Cristo ha venido para hacernos libres.
Terminamos con una preciosa cita de Martín Lutero comentando la Carta de San Pablo a Filemón: «Esta epístola nos da un ejemplo magistral y tierno del amor cristiano. Vemos cómo san Pablo toma partido por el pobre Onésimo y, con su mejor habilidad, defiende su causa ante su amo. (…) Lo que Cristo hizo por nosotros ante Dios Padre, lo hace san Pablo por Onésimo ante Filemón. Porque Cristo se despojó a sí mismo de sus derechos y logró conmover al Padre con amor y humildad, y así el Padre descartó imponer sus derechos y su ira, y nos recibirá en su seno gracias al favor de Cristo, que defendió nuestra causa y tomó partido por nosotros completamente. Todos somos sus Onésimos si creemos.»