“Para que los periodistas, en el ejercicio de su profesión, estén siempre motivados por el respeto a la verdad y un fuerte sentido ético”.
Existe una opinión bastante generalizada de que los periodists buscan las noticias más impactantes, las que más asombran u horrorizan. Eso se llama amarillismo, en las entrevistas acomodan la opinión del entrevistado hacia lo que pueda llamar más la atención.
Los periodistas bien formados desde el punto de vista profesional, que incluye lo ético, saben que deben informar con verdad, ateniéndose lo más posible a la realidad e informando objetivamente, verificando por varias fuentes que lo informado corresponda a la realidad de lo sucedido.
La información periodística debe ser independiente, sin hablar en nombre de intereses específicos, ya sean políticos, empresariales o comerciales. Debe ser también imparcial en la presentación, mostrando puntos de vista diferentes u opuestos, aunque es verdad que a veces resulta muy difícil hacerlo.
Los periodistas no deben dañar a nadie. Lo que publiquen puede ser duro para algunos, pero debe presentarse con conciencia del impacto de las palabras e imágenes en las vidas de los demás. Cuando se cometen errores, el periodista con ética debe asumir su responsabilidad ante la opinión pública. A la larga, eso le favorecerá, porque el usuario verá que es confiable. Todo esto vale no sólo para el periodismo impreso, sino para todos los medios de comunicación actuales: televisión, internet y medios de comunicación en línea.
Fco. Javier Duplá s.j.
Colaboración con el Centro de Oración Ángel Pandavenes del Apostolado de la Oración Caracas, Venezuela.