En la Catedral de Oviedo ya se realizan los preparativos de la Ceremonia que tendrá lugar el próximo 8 de Octubre a las once de la mañana con motivo de la beatificación de los 4 mártires de Nembra, concejo de Aller.
El padre D. Ángel Garralda , de 92 años, lleva toda su vida luchando por esta justa causa, por fin este 8 de Octubre ve cumplido su sueño pues el Papa Francisco proclamó que los Mártires debían ser reconocidos como bienaventurados, causa de Beatificación.
Los gloriosos mártires de Nembra son: Don Jenaro Fueyo Castañón, Párroco de 72 años, asesinado en el templo con sus feligreses Don Segundo Alonso González de 48 años y Don Isidro Fernández Cordero de 43 años, mineros ambos de la Hullera Española del Marqués de Comillas. Días antes fue martirizado el joven Antonio González Alonso , de 24 años .
Don Ángel Garralda que conoce con profundo detalle toda la historia debido a la multitud de testimonios que recogió a lo largo de los años, nos cuenta cómo el primero en morir fue el joven Antonio González Alonso, estudiante de Magisterio en la Normal de Oviedo, era Adorador Nocturno. Insistieron, sin eficacia, en que blasfemara y rompiera objetos sagrados. Como no lo consiguieron le advirtieron que le cortarían la lengua, y efectivamente, el día 11 de octubre de 1936 le llevaron a Sama y el Comité de Sama lo lleva al martirio. Lo ha contado todo el chofer que se vio obligado a hacer ese servicio. Al pasar junto a la puerta de su casa vio a su madre y Antonio dijo: “adiós madre, hasta el cielo”. Cuando sale del Comité de Sama lo llevan al Alto Santo Emiliano y el chofer observa que echa bocanadas de sangre, le habían cortado la lengua. Allí mismo le llevaron a una zona y sin oír un tiro volvieron sin él, lo habían arrojado al fondo de un pozo de mina abandonado, su cuerpo nunca fue recuperado.
A Don Jenaro , Don Segundo y Don Isidro les obligan a hacer su sepultura dentro de la Iglesia y Segundo e Isidro no consienten que su párroco haga su sepultura , en su lugar se ofrecen ellos y se la hacen delante del Altar Mayor donde celebraba Misa a diario. Ellos escogieron el lugar donde habitualmente solían oír Misa juntos. La muerte consistió en un simulacro de matanza siendo degollados a cuchillo, mientras unas mujeres recogían la sangre, según decían, para hacer morcillas para los carcas.
Desangrados Segundo e Isidro y descuartizados pasan a ocuparse del señor cura, D. Jenaro, que presenció tan cruel martirio “se mantuvo sereno y no hablo sino para absolver y animarlos a morir”. El dolor que le causó ver sufrir a sus queridos feligreses, y sobre todo, al ver como decapitaban a uno de ellos y los colocaban en el sepulcro, produjo al anciano sacerdote un ligero desvanecimiento, del que pronto se recuperó Don Jenaro, “según declaraciones de sus propios verdugos, fue apaleado y escarnecido, interviniendo también algunas mujeres; cuando le tendieron para desangrarle, habló a sus verdugos que no podía creer que sus mismos feligreses estuvieran haciendo lo que acababa de ver, pero le pediría a Dios por ellos”.
Todos fueron martirizados no por razones políticas, ideológicas o por ser ricos burgueses, sino por confesar su Fe Católica.
La Sangre de los Mártires es semilla de nuevos cristianos, ellos viven por siempre junto a Jesús y cuidan de nosotros, quedamos todos convocados a la Celebración del día 8 en la Santa Catedral de Oviedo.