¿Es posible construir el Reino de Dios en la tierra? El padre Ignacio Huarte en su libro “Despertar a la vida diferente” que es un comentario precioso de la Biblia y de los ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola nos dice “ El Reino sí es posible, el Reino se está haciendo en la medida en que Jesús nos acompaña en la esperanza de su construcción y nosotros luchamos por el Reino”.
¡Nosotros hemos de luchar por el Reino ! ; hoy San Lucas en el Evangelio nos cuenta el pasaje en el que Jesús se muestra exigente con sus discípulos y al que le dice “Te seguiré Señor , pero permíteme antes despedirme de los míos” , Jesús le respondió : “El que ha puesto la mano en el arado y mira hacia atrás , no sirve para el Reino de Dios”.
Entonces esa lucha y esa entrega requiere de nosotros sacrificios y ordenar prioridades en nuestras vidas, para meditar sobre esto es precioso coger los mandamientos de la Ley de Dios, todos los hemos estudiado de niños y centrarnos en el primero, el más importante , “Amarás a Dios sobre todas las cosas”, lo conocemos de carretilla pero si pensamos profundamente en este mandamiento nos daremos cuenta de que nunca lo hemos comprendido, nunca lo hemos interiorizado, se ha quedado solo como un mero barniz sin sentido ni profundidad.
Y si unimos “Amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo” ya tenemos la clave, la fórmula mágica , para construir el Reino de Dios y que triunfe en el mundo porque ahí ya estará Jesús presente en medio de nosotros.
Pensemos en un mundo de Amor, en el que hagamos las cosas por amor, una limosna al que lo necesita, ayudar desinteresadamente por amor, buscar el bien y hablar del bien y omitir lo malo, centrarnos en lo bueno, en definitiva amar y ayudar a los hermanos.
El padre Pablo Domínguez decía que es muy importante darnos cuenta de hasta qué punto en el Juicio final no se trata tanto de ver lo que he hecho sino de si he recibido los regalos que Dios me ha dado, si he querido acoger los dones que Dios me ha regalado y si realmente he seguido a Cristo, si he estado con El sirviéndole.
Entonces si cada uno de nosotros, individualmente, acepta el reto de Construir el Reino, de Amar a Dios y al prójimo, de dar buenos frutos, de ordenar nuestras prioridades, de poner nuestros dones al servicio de los demás, de caminar hacia adelante buscando solo el bien, hablando del bien, poniendo el acento en lo bueno de cada uno, con alegría , con sentido del humor, construir el Reino de Dios es posible, pero no es algo que venga de fuera ni que se imponga desde el exterior , tiene que nacer de cada uno de nuestros corazones.