Si existe un objeto en el mundo que sea enigmático, único, indescifrable, en una palabra “imposible” , ese es el lienzo de Turín, conocido como la Síndone o también la Sábana Santa.
Generación tras generación ha ejercido una fascinación indescriptible sobre todos aquellos que lo han visto , creyentes y no creyentes, hasta el punto de ser el objeto más estudiado y analizado que ha existido.
Se le han hecho infinidad de pruebas de todo tipo, los científicos siempre han deseado observarla y comprender, sobre todo desde que Secondo Pía en la primavera de 1898 y con ocasión de una Ostensión de la Síndone en Turín, el 28 de mayo a medianoche en la Catedral , hizo la primera fotografía de la Sábana Santa.
La imagen en negativo apareció majestuosamente como si fuera una imagen en positivo con extraordinaria claridad y detalle. Estaba viendo al Hombre de la Síndone, como un retrato de su cadáver.
Así se dio cuenta de que la imagen representada en la tela constituye un auténtico negativo fotográfico.
Desde entonces se le han hecho miles de fotografías y sigue dando el mismo resultado ; en el lienzo hay dos imágenes : la primera producida por manchas de sangre, que corresponden a un ser humano torturado y muerto en la cruz, así lo han determinado los forenses, sus heridas concuerdan totalmente con los hechos narrados en los Evangelios.
Pero existe además una segunda imagen formada no se sabe a ciencia cierta muy bien cómo, producida por una oxidación parcial del tejido que resulta como quemado en una fibra pero intacto en la de al lado, de forma que la imagen se produjo por una energía intensa pero muy breve que quemó de forma parcial el lienzo y como consecuencia de la cual el negativo fotográfico nos da un positivo.
Tras dos mil años de historia, con todos los avances científicos y técnicos, el ser humano es incapaz de hacer una reproducción fiel de la Sábana Santa de Turín.
El Centro Español de Sindonología nos puede aportar toda la documentación y conocimientos que existen hoy en día sobre ella , análisis históricos, pruebas científicas, palinología, pruebas forenses, etc. etc. etc.
Pero aparte de cientos de datos, que no hacen más que confirmar lo evidente, cada Ostensión o Exposición pública de la Síndone constituye todo un acontecimiento espiritual para aquellas personas que se acercan a ella, es verdaderamente impresionante estar frente a la imagen de este gran lienzo.
Personalmente pienso que si en vez de Jesús de Nazaret hablásemos de Napoleón, nadie pondría en duda tantos descubrimientos , tantas pruebas, puesto que son tan abrumadoras que ese pequeño porcentaje insalvable no tendría apenas importancia, ahora bien , hablamos de Cristo, hablamos de su muerte y su Resurrección, las consecuencias no son las mismas .