El Miércoles 31 de Agosto dieron comienzo en el Santuario de la Cueva de Infiesto los actos de la Novena a la Virgen de la Cueva.
Tomando la carretera que sale de Infiesto en dirección a Campo de Caso encontramos a aproximadamente un kilómetro de distancia el Santuario de la Virgen de la Cueva, un Santuario maravilloso bastante desconocido fuera del concejo de Piloña.
Es un emplazamiento particularmente hermoso ; una cueva natural que hace las veces de visera situada bajo una enorme roca muy estratificada , se encuentra flanqueada por el río Piloña que transcurre a su lado , alberga una pequeña Capilla donde se guarda la Virgen de la Cueva, una talla policromada del siglo XVIII, cubierta con un precioso manto bordado.
Este Santuario especialmente querido por todos los piloñeses es de una gran belleza y existe en Piloña una gran devoción a la Virgen de la Cueva.
Anteayer comenzaron los actos de la novena que siempre empieza un día después de la de la Virgen de Covadonga para respetar ésta, por lo que en vez de nueve dura ocho días ; el Santuario se queda pequeño en estas jornadas por el gran número de fieles que asisten a los actos .
El Párroco de Infiesto D. Manuel dirigió la celebración del primer día y el párroco de Villamayor D. Luis Marino , la de ayer.
Vemos como en todas partes se celebra a nuestra Madre del Cielo, la llamamos la Santina, la Virgen de la Cueva, la Virgen del Pilar, la Reina de la Paz, tiene multitud de advocaciones y nosotros los cristianos las vivimos como con un cierto sentimiento de propiedad o de especial cariño, pero la realidad es que María es siempre la misma, es nuestra Madre, la Reina del Cielo, la Reina de la Paz, la que vivió hace dos mil años en Tierra Santa y fue la madre de nuestro Señor Jesucristo, la que reina por los Siglos de los Siglos en el Cielo .
Por eso es importante que vivamos estos días con alegría y preparación a la fiesta, pero también es importante que pasada la celebración no nos olvidemos el resto del año que María sigue siendo nuestra Madre, sigue deseando de nuestra compañía, necesitando de nuestra oración, porque de poco serviría que prestásemos una especial atención en estos días a la Santísima Virgen , si los trescientos cincuenta y cinco días restantes del año no le demostramos cariño ; el cariño hacia una madre no se entrega solamente el día de su cumpleaños o de su santo, la demostración del amor no se puede reducir a una festividad, ha de ser el sentir de cada día.