Si a la Caridad se le pudiera poner un rostro que la personificara, sería una digna representante Santa Teresa de Calcuta, más conocida como la madre Teresa, una mujer entregada por completo a los más pobres de entre los pobres , un ejemplo de amor, fuerza , perseverancia y de un Evangelio puesto en práctica hasta el extremo.
Ayer toda la Iglesia se vestía de fiesta y la Plaza de San Pedro se quedó pequeña ante la multitud que se reunió para la celebración de la canonización de la albanesa Agnes Gonxha Bojaxhiu (1910-1997), más conocida como la madre Teresa.
Su gran retrato colgado en el balcón donde se ponen siempre las imágenes de los canonizados, presidía todo el acto, esa imagen tan querida , tan recordada y tan cercana.
Su vida es un ejemplo de vida cristiana entregada por completo a la voluntad de Dios, siendo su brújula la caridad, el Amor al más necesitado, al más pobre, la dignificación de la persona humana, por eso la santificación de la madre Teresa en este año de la Misericordia cobra un sentido aún más ejemplarizante; ayer el Santo Padre afirmó en su discurso :
«Seguir a Jesús es un compromiso serio y al tiempo gozoso que requiere radicalidad y coraje para reconocer al Maestro en los más pobres y ponerse en su servicio«.
Esa radicalidad y ese coraje lo vemos de forma permanente en la madre Teresa de Calcuta.
Ya figura inscrita en el libro de los Santos, seguro que dispuesta a hacer muchísimos milagros, a interceder por todo aquel que se le encomiende, si así era en la tierra ¡¡ imaginemos por un momento cómo será en el Cielo!!.
Su ejemplo nos enseña que la santidad está al alcance de las personas de estos tiempos, de nosotros los cristianos del siglo XX y XXI, porque parece algo tan lejano que ya no nos va a ser posible , pero la madre Teresa , mujer de hoy, nos demuestra que nos equivocamos, la Santidad está al alcance de todo hombre y mujer de hoy en día,de hecho debería ser nuestro objetivo, todo cristiano debe tener como meta en su vida logar la Santidad.
Ella encontraba la fuerza en la Sagrada Eucaristía, en la Oración y en la Adoración, fue semilla fecunda para la Iglesia, hoy desde el Cielo trabaja y vela por la Iglesia militante , encomendémonos a ella y pidámosle ayuda en nuestro peregrinar.