Muchas veces nos fijamos en las cosas que tenemos lejos y no conocemos ni valoramos las que tenemos en casa, éste es un dicho muy popular que viene como anillo al dedo para hablar del Sagrado Corazón de Jesús de Oviedo.
En el monte Naranco , de seiscientos treinta y cuatro metros de altura, en el punto más alto , el denominado Pico del Paisano, desde los años ochenta , abraza y bendice la ciudad de Oviedo el monumento al Sagrado Corazón de Jesús.
Es un monumento de piedra , de treinta metros de altura, con la figura en su parte superior del Sagrado Corazón de Jesús con sus brazos abiertos y en su gran base, la Cruz de la Victoria.
Sus treinta metros de altura y el lugar privilegiado en el que se encuentra, hacen que sea visible desde varios concejos cercanos.
Todo comenzó un día de los años cincuenta, cuando la ovetense Ramoncita Bertrand, tras escuchar al Arzobispo hablar sobre el Sagrado Corazón de Jesús, tuvo la idea de hacerle un monumento que presidiera la ciudad. Pasados unos días, y como Ramoncita Bertrand no lograba quitarse de la cabeza su idea, acudió con su hija a la casa de los Jesuitas a ver al padre Vega y le comentó el proyecto.
Llama poderosamente la atención el hecho de que cuando el Corazón de Jesús conquista un corazón humano , todo cobra un sentido diferente y es que cuando somos conocedores del inmenso Amor del Corazón de Cristo , el mundo cambia.
La iniciativa estuvo parada durante siete años hasta que el padre Vilariño logró impulsarla y sacarla adelante, participaron Sabino Alvarez Gendín (rector de la Universidad de Oviedo) y otras personalidades de la vida pública ovetense y asturiana.
Se realizó una colecta popular en la que se recaudaron diez de los diecisiete millones que costaba la obra, iniciándose el proyecto el 21 de Junio de 1963 y dándose por finalizado el 5 de Julio de 1981, fecha de su inauguración, con lo que transcurrieron dieciocho años para poder terminarlo.
Desde entonces cada año se celebra en ese lugar precioso una Misa de Campaña en honor al Sagrado Corazón de Jesús que bendice la capital asturiana, es una celebración preciosa ubicada en un marco espectacular .
Hoy lo vemos majestuoso desde cualquier punto cuando nos acercamos a Oviedo, y al caer la noche los focos lo hacen resplandecer y es como un faro dirigiéndonos al camino correcto que es Cristo.