Estos días tenemos puesta toda nuestra atención en los Juegos Olímpicos de Brasil , allí nuestros atletas nos representan , representan con honor a nuestro país y a nuestra bandera , dejándose la piel y cuatro años de duro trabajo en la competición , es un orgullo para todos nosotros verlos luchar y pelear las medallas.
Dirigiendo la ciudad de Río de Janeiro , disfrutamos del monte del Corcovado, una montaña majestuosa y culminando sus 713 metros de altitud gozamos de la que es considerada una de las siete maravillas del mundo moderno, el maravilloso Cristo Redentor.
Este monumento que abraza a toda la ciudad de Río y a todos los deportistas del mundo entero que ahora se encuentran en ella , nació en 1859 en el pensamiento de un presbítero católico D. Pedro María Boss y la princesa Isabel de Brasil, pero no fue hasta 1921 cuando se retomó la idea y fue en el año 1922 cuando ya se comenzó a trabajar en las obras del Cristo Redentor.
La construcción se realizó en el Cerro del Corcovado , a unos 710 metros sobre el nivel del mar, con las complicaciones y problemas que esto generaba a la hora de levantar una estructura de hormigón armado de más de mil toneladas de peso; es una obra faraónica pues el Cristo mide 38 metros de altura, de los cuales 8 metros forman la parte de la base.
La realización de esta obra constituyó un logro impresionante , por un lado por el hecho de levantar esta estructura inmensa en el Cerro donde se erigió , estos trabajos combinaban ingeniería, arquitectura y escultura y costaron nueve años de duro esfuerzo , y por otro lado por el increíble hecho de que en el transcurso de las obras nadie murió en ningún accidente durante las mismas, algo que en aquella época era anormal puesto que en proyectos de esta dimensión era habitual que hubiese accidentes y por desgracia, también fallecidos.
El Cristo se inauguró el 12 de Octubre de 1931, desde entonces es símbolo de Brasil, símbolo de la ciudad de Río, uno de los monumentos turísticos más visitados del mundo entero , un orgullo para todos los cristianos pues es bellísimo ver a Jesús Redentor abrazando la ciudad desde la altura del Cerro, abrazando al mundo y todos los cristianos nos sentimos orgullosos de esta maravillosa obra .