En Salta, una provincia al norte de Argentina, miles de fieles acuden en masa a un cerro precioso donde rezan el Rosario, celebran la Eucaristía, hacen oración de intersección y reciben grandes gracias.
Una ama de casa normal llamada María Livia comenzó en 1990 a tener locuciones interiores; ella siempre acudió a su confesor pidiendo consejo a la Iglesia ; en el año 1995 la Virgen le solicita que se dirija al Monasterio San Bernardo de Carmelitas Descalzas de Salta, con un mensaje para esa comunidad ; este mensaje consistía en el siguiente pedido: “Que sean transmisoras de mis mensajes, convertíos en voceros míos, y para que esto sea efectivo acompañad esto con mucha oración.” ( 16/11/1995). Así comienza la difusión de esta increíble historia, desde entonces toda la Comunidad la sostiene con sus oraciones y amor hasta estos días.
El 1 de Abril de 1995 María Livia tuvo una visión: En este día mientras hacía el Vía Crucis (en su dormitorio) vio delante del Sagrario de su parroquia el Corazón herido de Jesús, el Corazón tenía una profunda herida, y cuando latía, de la herida salía una gota gruesa de sangre que se derramaba.
A la vez, El Señor le daba a conocer el sufrimiento que había en ese espasmo, al salir las gotas de sangre, dolor físico y moral, era algo tan inenarrable ese dolor, que al transmitírselo El Señor, no pudo soportarlo y comenzó a desmayarse y sintió que su corazón no resistiría, pero El Señor se lo quitó, pues de no haberlo hecho ella habría muerto.
El Señor le mostró cuánto AMOR hay en su Corazón Adorado, ¡Cuánto AMOR guarda Él en el Sagrario VIVO y PRESENTE! ¡ Inmenso, Infinito AMOR por nosotros, sufriendo a través de los siglos SU PASION SALVADORA!.
La Trinidad Santa, está presente en el Sacratísimo Corazón Eucarístico de Jesús. Luego de terminar esta visión le aparecen estas palabras: “YO SOY EL SACRATÍSIMO CORAZÒN EUCARÍSTICO DE JESÚS, ADORADME PERPETUAMENTE EN REPARACIÓN”, y le dictó la siguiente oración para ser rezada a los pies del Sagrario:
“Sacratísimo Corazón Eucarístico de Jesús, yo confío inmensamente en Tu Misericordia. Te pido humildemente que me des la fe que necesito para abandonarme a Tu Infinita Misericordia, porque ya se han agotado mis recursos humanos y ahora solo me cabe volverme con confianza a Tu Infinita Compasión, porque sé que Tú no desoirás mi suplica. Aquí estoy Señor a tus pies pidiendo con fervor arregles todas mis cosas y problemas, según Tu Amor y beneplácito divino, que sé, será lo mejor para mí, concédeme lo que te estoy pidiendo, si es para bien de mi alma.
¡ Toma Señor mi problema. ¡Toma mi corazón!
¡Yo confío en Ti, Corazón Eucarístico de Jesús!
¡Yo confío en Ti, Corazón Eucarístico de Jesús!
¡Yo confío en Ti, Corazón Eucarístico de Jesús!
Amén.
Se solicitó al Sr. Arzobispo de Salta Moisés Julio Blanchoud autorización para publicar el libro con los mensajes recibidos. Esta autorización es otorgada por la autoridad eclesiástica el 30 de Octubre de 1997. A partir de ese momento se imprimen varias ediciones.