Se ha convertido en algo habitual el despertarnos con la noticia de un atentado , el 28 de Junio en el aeropuerto de Estambul un atentado suicida causó la muerte de 41 personas y 239 heridos, ayer día 30 leíamos en “Religión en libertad” que cuatro suicidas se hacen estallar en un pueblo cristiano en Líbano, que hay muertos y docenas de heridos.
¿En qué mundo vivimos? , En el mundo más desarrollado Dios apenas cuenta, el materialismo y el egoísmo se han arraigado como los valores fundamentales de la persona y en otros países pobres nacen organizaciones extremistas religiosas que llevan a sus miembros a suicidarse y explosionarse intentando llevar a la muerte al mayor número posible de personas en nombre de su dios.
La indiferencia más absoluta en un lado y en el otro el fanatismo más desorbitado, ¿qué está pasando en el mundo de hoy?.
San Pablo nos dice que «Dios es Amor» y en la vida del cristiano el Amor debe ser el ingrediente principal porque de su mano siempre se llega a todo lo demás , hacia lo eterno; A Jesús en una ocasión le preguntaron ¿Cuál es el mandamiento principal? Y Él contestó “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma , con todo tu ser y al prójimo como a ti mismo” , todos somos hermanos y debemos amarnos.
Por más que el hombre quiera hacer diferenciaciones con respecto a Dios, Dios es el mismo, Dios es bueno, es Absoluto, es Todopoderoso y Omnipotente desde el principio hasta el fin, no depende de nuestras creencias ni de nuestras deformaciones; Él desea por encima de todo la felicidad de todo ser humano, no hace diferencias de raza ni de color ni de nacionalidad ni de religión.
Dios creó al hombre a su imagen y semejanza por amor y le hace libre precisamente porque los seres humanos no somos marionetas, somos hijos de Dios libres , pero ¿qué hacemos con nuestra libertad? , ¿qué quiere decir que somos libres?.
Es curioso cómo confundimos libertad con libertinaje, pero realmente somos libres para hacer lo correcto pues si hacemos lo que no es correcto estamos siendo esclavos del mal. Jesús dijo “La verdad os hará libres “, el pecado es el que nos esclaviza y nos lleva a tergiversar la verdad y por tanto a no hacer las cosas al modo de Dios.
Dios no desea la muerte de ningún ser humano, hoy el Evangelio según San Mateo nos dice unas palabras maravillosas de Jesús, “Misericordia quiero y no sacrificios”, Dios no desea el hambre, ni la pobreza, ni la enfermedad, ni el sacrificio, todo eso es consecuencia de nuestra libertad, de nuestros pecados, del mal; Dios solo desea nuestra felicidad.