Visitar Tierra Santa es todo un privilegio y aunque parece lógico y normal no lo es, pues muchas veces preferimos hacer turismo a otros lugares que tomar un vuelo para visitar esta tierra sagrada, donde vivió y murió nuestro señor Jesucristo, sé que no muchas veces nuestros medios nos lo permiten, pero si es posible será un momento inolvidable para la vida.
Como dice el padre Artemio, en Tierra Santa todos se saludan con la palabra Paz, sin embargo, es un lugar en cuyo corazón laten constantemente todo tipo de conflictos , religiosos, culturales, raciales, pues en ella conviven personas de muy distintas religiones, costumbres y por desgracia no han vivido en su vida el espíritu de la hermandad y el amor al prójimo, al contrario , han sido educados en la importancia de la diferencia y en la exclusión e incluso el odio al que no piensa como ellos.
Todos allí quieren que Jerusalén sea suya y no la desean compartir con los hermanos de las religiones monoteístas más importantes ya que para todos Tierra Santa es esencial, tanto para los judíos, como musulmanes, cristianos, etc. pensemos que Jerusalén ha sido destruida 19 veces, esta situación de conflicto se vuelve como un rayo de luz y de esperanza al encontrar a nuestros queridos hermanos franciscanos.
La orden de San Francisco de Asís, es una de las más presentes, junto a ellos podemos disfrutar de los Santos Lugares. Estos hermanos han llegado y con su PAZ Y BIEN han conquistado el corazón de las gentes, llegando a tomar mediante la paz lugares que los cristianos teníamos vetados por el odio, conquistando con el amor lo que los cristianos habíamos perdido con la guerra, pues no podemos olvidar que hubo un tiempo en el que la entrada a Jerusalén estaba prohibida para nosotros.
Los frailes de la Custodia dan vida a los Santos Lugares, mediante su restauración, conservación y custodia, con las celebraciones religiosas, permitiendo a los pocos cristianos que todavía quedan en Tierra Santa celebrar su fe en el lugar donde vivió y murió Cristo.
Trabajan sin descanso, para dar testimonio del amor de Dios y de esa manera ofrecer los centros educativos, los centros asistenciales, la preocupación por las viviendas, donde la única ley que se sigue es el amor a Dios y el amor al prójimo, procurando que entre las personas no existan muros en sus corazones, educan a los niños pequeños con los niños de otras religiones, para que comprendamos que todos somos iguales a los ojos de Dios y que en la convivencia podamos apreciar que es mucho más lo que nos une que lo que nos separa; esa labor preciosa pero a la vez titánica es la que realizan nuestros queridos hermanos de San Francisco de Asís, a los que nunca tendremos como expresar el inmenso agradecimiento por lo que hacen.
Tenemos toda la obligación moral de ayudarles, apoyarles, pues nos necesitan, es importante peregrinar a Tierra Santa, no solo por los grandes beneficios que te aporta espiritualmente.
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