El Purgatorio , al igual que el Cielo y el Infierno, existe ; poco importa que haya personas que lo nieguen, porque aun así los tres son reales ; la realidad no depende de que alguien crea en ella o no. Hablar de él en la actualidad no resulta muy creíble, parece ser cosa del pasado, de cuentos de niños, pero nada más lejos de la realidad.
La Mística italiana María Valtorta recibía dictados de Jesús, en uno de ellos Jesús le explica cómo y qué es el Purgatorio :
Quiero explicarte lo que es y en qué consiste el Purgatorio. Y te lo explico Yo de manera que chocará a muchos que se creen depositarios del conocimiento del más allá y no lo son. Las almas sumergidas en aquellas llamas sólo sufren por el amor. Ellas no son indignas de poseer la Luz, pero tampoco son dignas de entrar inmediatamente en el Reino de la Luz; son investidas por la Luz, al presentarse ante Dios. Es una breve, anticipada beatitud, que les asegura su salvación y les hace conocedoras de lo que será su eternidad y expertas de cuanto cometieron contra su alma, defraudándola de años de bienaventurada posesión de Dios.
Después, sumergidas en el lugar de purgación, son investidas por las llamas expiadoras . En esto aciertan quienes hablan del purgatorio. Pero donde se equivocan es al querer aplicar distintos nombres a esas llamas. Éstas son incendio de amor. Purifican encendiendo de amor las almas. Dan el Amor porque, cuando el alma ha alcanzado ese amor que no alcanzó en la tierra, es liberada y se une al Amor en el Cielo. Te parece una doctrina distinta de la conocida, ¿verdad? Pero piensa.
¿Qué es lo que Dios Uno y Trino quiere para las almas que ha creado? El Bien. Quien quiere el Bien para una criatura, ¿qué sentimientos tiene hacia la criatura? Sentimientos de amor. ¿ Cuál es el mandamiento primero y segundo, los dos más importantes, de los que he dicho que no los hay mayores y en ellos está la llave para alcanzar la vida eterna? Es el mandamiento del amor: “Ama a Dios con todas tus fuerzas, ama al prójimo como a ti mismo”.
¿Que os he dicho infinidad de veces por mi boca, la de los profetas y los santos? Que la mayor absolución es la Caridad. La Caridad consuma las culpas y las debilidades del hombre, porque quien ama vive en Dios y viviendo en Dios peca poco, y si peca se arrepiente inmediatamente, y el perdón del Altísimo es para quien se arrepiente.