Hoy Jesús, a través del Evangelio de San Juan, nos dice algo verdaderamente asombroso , nos habla a nosotros , personas del siglo XXI, desde el siglo I.
El Salvador nació en una época y en un espacio , lo ubicamos en el pasado y nos equivocamos por completo. Jesús no pertenece al pasado, Cristo es atemporal; como Hombre-Dios vivió en una época determinada , tuvo que estar sujeto al binomio espacio-tiempo y por tanto ubicarse en un lugar y en un momento determinado.
Pero Cristo no está sujeto al tiempo ni al espacio y su Reino es eterno y completamente actual , por tanto Jesús pertenece también al presente, habla en presente, actúa en presente y es así como leyendo un Evangelio de hace dos mil años , vemos sin embargo como Jesús pide al Padre Eterno por ti y por mí, por todos aquellos por medio de la fe , creerán en Él:
Texto del Evangelio (Jn 17,20-26):” En aquel tiempo, Jesús, alzando los ojos al cielo, dijo: «Padre santo, no ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí”
Pero además por si esto fuera poco, Jesús pide al Padre que de la Gloria que Él disfruta disfrutemos los que somos suyos :
“ Padre, los que tú me has dado, quiero que donde yo esté estén también conmigo, para que contemplen mi gloria, la que me has dado, porque me has amado antes de la creación del mundo. (………) Yo les he dado a conocer tu Nombre y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que tú me has amado esté en ellos y yo en ellos».
Jesús continúa entre nosotros queriendo darnos a conocer el Amor de Dios para que el Amor que Él recibe esté también en nosotros y seamos uno, el Verbo hecho carne quiere que estemos donde Él está, quiere que seamos uno con el Dios uno y trino.
Jesús no pertenece al pasado, Jesús es presente hoy y siempre.