De entre tantos títulos atribuidos a la Virgen, a lo largo de los siglos, por el amor filial de los cristianos, hay uno de profundísimo significado: Virgo Fidelis, Virgen fiel. Así la contemplamos a nuestra Madre en este ultimo día de la Novena.
¿Qué significa esta fidelidad de María?¿Cuáles son les dimensiones de esa fidelidad?
La primera dimensión se llama búsqueda. María fue fiel ante todo cuando, con amor se puso a buscar el sentido profundo del Designio de Dios en Ella y para el mundo. “¿Cómo sucederá esto?”, preguntaba Ella al Ángel de la Anunciación.
La segunda dimensión de la fidelidad se llama acogida, aceptación. María dice “fiat”. Que se haga, estoy pronta, acepto: éste es el momento crucial de la fidelidad, momento en el cual el hombre percibe que jamás comprenderá totalmente el cómo; que hay en el Designio de Dios más zonas de misterio que de evidencia; que, por más que haga, jamás logrará captarlo todo. Es entonces cuando el hombre acepta el misterio, lo acoge en su corazón, “María meditaba en su corazón”
Coherencia, es la tercera dimensión de la fidelidad. Vivir de acuerdo con lo que se cree. Ajustar la propia vida al objeto de la propia adhesión. Aceptar incomprensiones, persecuciones antes que permitir rupturas entre lo que se vive y lo que se cree: esta es la coherencia. Aquí se encuentra, quizás, el núcleo más íntimo de la fidelidad.
El “fiat” de María en la Anunciación encuentra su plenitud en el “fiat” silencioso que repite al pie de la cruz. La fidelidad es una de las bellas e importantes lecciones que nos da la Virgen a cada uno de nosotros.
Y ahora rezamos la Novena:
Parte fija para todos los días:
1º En el nombre del Padre…
2º Nuestra esperanza es María, a Ella acudimos pidiendo auxilio para vernos libres de nuestros males; Ella nos socorre. (Si se hace en grupo se puede cantar «Bendita la reina» que sustituirá la antífona anterior) .
3º Reflexión para cada día de la novena
4º Preces:
A cada petición digamos: Intercede por nosotros Madre del Señor.
* Ruega ¡oh María! por el Pueblo de Dios
* Protege al Papa
* Ayuda a nuestro Obispo
* Haz que haya paz entre los pueblos
* Conserva en el amor a los esposos
* Cuida de los que no tienen trabajo
* Que los jóvenes y los niños crezcan en sabiduría
* Protege a los pobres
* Consuela a los enfermos
* Haz que desterrados y emigrantes puedan volver a la Patria
* Sé alivio de los moribundos
* Intercede por los que han muerto
Pídase La gracia a alcanzar en esta novena
Se rezan tres avemarías con el:
V/. Madre mía de Covadonga
R/. Sálvanos y salva a España
Oración final
Ayúdanos, Señora y Madre nuestra, a vivir en comunión sincera, sabiéndonos Iglesia de Dios, hermanos de Cristo e hijos tuyos para dar testimonio de unidad y reavivar en nuestro pueblo la fe. Amén.
DIA NOVENO
Comienzo de un mundo nuevo
Del libro del Apocalipsis 21, 1-2
Vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra han pasado, y el mar ya no existe. Vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, enviada por Dios, arreglada como una novia que se adorna para su esposo.
Todo aquel que cree en Jesús, hijo de María, como Salvador y Señor por medio de su muerte y de su resurrección, le llena de alegría el saber que la vida de los que son suyos por la fe y el bautismo no termina con la muerte, se transforma; sabe el cristiano que en la comunión eucarística que ha recibido a lo largo de su vida, ha comido la Vida que no acaba: Cristo Jesús.
La Virgen, Madre del Señor, constantemente nos invita a que nos acerquemos a Ella para que nos saciemos del fruto precioso de su vientre que es Jesucristo.
En Ella comienza un mundo nuevo porque llevó en su seno a Aquel que, por medio de su muerte y resurrección, todo lo hace nuevo.