En la primera carta del Apóstol San Juan ,que leemos hoy en las Lecturas, se resume perfectamente en unos renglones el Misterio del Amor de Dios; San Juan nos dice: “Hermanos, amémonos unos a otros ya que el amor es de Dios y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios, quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es Amor”.
Hoy conmemoramos también a San Agustín, un hombre que comprendió perfectamente el significado de estas palabras al decir “ Ama y haz lo que quieras, si callas, callarás con amor; si gritas, gritarás con amor; si corriges, corregirás con amor, si perdonas, perdonarás con amor”, o esa otra frase tan preciosa , “ La medida del amor es amar sin medida”.
Imaginemos por un instante un mundo inspirado solo por el Amor, el verdadero, donde sea el Amor el fundamento que motive nuestros actos y lo que nos preocupe sea que a nuestro alrededor reine el amor, que nuestro prójimo esté bien, no sufra, no padezca necesidad ni angustia ; un mundo en el que miremos al otro como un verdadero hermano y cuando ese otro nos defraude o se equivoca , le volvamos a mirar con amor y como decía San Agustín, gritemos, corrijamos y perdonemos pero con amor.
Volviendo a la primera Carta de San Juan, él nos explica la razón del amar y nos dice “En esto consiste el Amor, no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino que Él nos amó y nos envió a su Hijo como víctima de propiciación para nuestros pecados”, y aquí vemos la grandeza del Amor de Dios, Uno y Trino, que habiéndonos pensado y creado solo por Amor y habiéndole nosotros traicionado, “el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros” para obrar el milagro de la Redención.
Solo fundamentando el Amor al prójimo en el Amor de Dios ,que es quien nos amó primero y quien nos sigue amando a pesar de las continuas traiciones, conseguimos superar los obstáculos del Amor meramente humano entendiendo un poco la inmensa profundidad del Amor divino, porque a pesar de los errores y de los defectos de los seres humanos, a pesar de las limitaciones que tenemos , que son muchísimas, Dios nos ama y nos perdona porque Su Esencia es el Amor.