Estamos en la época de la declaración de la renta y por tanto de pago anual de nuestros impuestos . La lectura del Evangelio de hoy de San Marcos nos muestra a Jesucristo ante unos fariseos que pretenden hacerle caer en una trampa; Jesús es judío y su pueblo se encuentra oprimido bajo el yugo del imperio romano, el orgulloso pueblo elegido lleva con bastante disgusto el estar ocupado por los paganos, de hecho el Mesías que esperan ha de ser un libertador del yugo romano.
El fariseo pregunta al Señor “Maestro , sabemos que eres sincero y no tienes en cuenta la condición de las personas porque no te fijas en la categoría de nadie sino que enseñas con toda fidelidad el camino de Dios. ¿Está permitido pagar el impuesto al Cesar o no?” . Bajo la máscara de una adulación se encierra una trampa al Hijo de Dios que está muy por encima de la maldad de los hombres ; Jesús conociendo su hipocresía les pregunta ¿Por qué me tienden una trampa? Muéstrenme un denario, cuando se lo dan les vuelve a preguntar, ¿de quién es esta figura y esta inscripción?. Responden : Del César , Entonces Jesús les dijo: “Den al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”, quedando todos ellos sorprendidos.
Aún hoy continuamos viviendo en un mundo de hipocresía y fariseísmo, nos enfada constantemente ver cómo muchos poderosos, políticos, personas con poder, aprovechan su posición para robar prácticamente de forma impune, la justicia funciona de una forma para los poderosos y de otra para los humildes, los criticamos ferozmente pero vemos constantemente a nuestro alrededor cómo la mayoría de las personas intentan sacar provecho de todas las situaciones aunque no sea de forma justa, vemos la hipocresía y la picardía a pie de calle al igual que la hay en niveles altos de la sociedad, el humilde justifica su falta de honestidad mirándose en el espejo del poderoso.
Jesucristo con inteligencia perfecta de Hombre y de Dios nos pide honradez, honestidad, sinceridad, a pesar de la situación que exista , los cristianos tenemos que hacer el esfuerzo de dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Hemos de procurar contribuir de forma honrada en nuestra sociedad a pesar de que el sistema nos decepcione ante la falta de controles del dinero de todos, porque nosotros daremos cuenta de nuestros propios actos y los malos ejemplos de unos no deben nunca cambiar la buena conducta de otros.
Ahora es también el momento de poner en la declaración de la renta la X a la Iglesia y a los fines sociales, estos días aparece en prensa un folleto o memoria que explica cómo la Iglesia reparte sus ingresos, dichos datos están auditados y avalados por una empresa de prestigio, colaboremos como iglesia que somos para hacer del mundo un lugar mejor.