En el Evangelio de hoy de San Lucas , Jesús nos narra la hermosa parábola del pobre Lázaro y del rico , de la misma manera el mensaje de este año de Cuaresma del Papa Francisco versa sobre el mismo tema.
El Papa nos dice : “ la Cuaresma es un nuevo comienzo , un camino que nos lleva a un destino seguro: la Pascua de Resurrección, la victoria de Cristo sobre la muerte”, por tanto tenemos la oportunidad de empezar de nuevo nuestro camino , un camino que nos lleva a un destino seguro, no estamos perdidos ni vamos sin rumbo, existe un destino y una recompensa segura, la Resurrección.
La parábola nos muestra a un hombre extremadamente pobre, enfermo, muriendo a las puertas de la mansión de un rico que no muestra la más mínima misericordia ni compasión hacia él y su situación, de hecho el pobre moribundo ni siquiera es invisible, es molesto ; la parábola nos habla que son los perros del rico los que van a lamer las heridas del pobre Lázaro.
Ambos mueren, uno ante la indiferencia del mundo, el otro entre boato y duelo, pero la realidad de la vita eterna , de la Resurrección, comienza en ese momento y mientras que Abraham recoge en su seno al pobre Lázaro y lo colma de bienes , alegría y gozo, el rico se lamenta en el tormento y pide desesperado al padre Abraham que avise a su padre , pues tiene cinco hermanos y no quiere que ellos vayan a ese lugar ; Abraham responde “Tienen a Moisés y a los profetas , que los escuchen” , el rico insiste “no padre Abraham pero si alguno de los muertos va a verlos, se arrepentirán” a lo cual Abraham apostilla “si no escuchan a Moisés y a los profetas aunque resucite alguno de entre los muertos, tampoco se convencerán.”
El Papa nos recuerda que la Palabra es un don y que el Otro es un don, asimismo nosotros debemos ser un don para los demás, esta parábola se repite cada día en nuestro mundo repleto de personas que no tienen nada y se mueren ante la indiferencia del resto; que el Espíritu Santo nos otorgue ojos misericordiosos para mirar con amor al Otro.
La realidad de la vida eterna está ahí creamos o no, la suma de nuestros comportamientos y actitudes hora a hora, día a día, determina en el momento en que Dios decida, nuestro futuro en la vida eterna, por tanto usemos adecuadamente nuestra preciosa libertad en bien del prójimo , del hermano.