Hoy, es un buen momento para hacer balance del año que termina y para poner en manos de Dios el año que comienza.
Día de dar gracias a Dios por su fidelidad para con nosotros, por todas las gracias que a través de su Espíritu ha derramado sobre nosotros.
Dar gracias por los dones que ha puesto en nuestras manos durante este año que termina, por todo lo que nos ha permitido vivir, por todo el amor que nos ha ayudado a repartir en el bien que hemos hecho a nuestro alrededor, por los buenos momentos compartidos en la alegría, la misericordia, el perdón, con los demás.
Día de dar gracias al Señor por su gran misericordia para con nosotros y por los innumerables beneficios que nos ha dado, regalado el Señor.
Es una buena oportunidad para pedir perdón por lo que no hicimos, por el amor que faltó, por las veces que no hemos tenido toda la confianza puesta en el Señor, por todas las veces que no hemos dejado pasar la Luz del Señor hacia los demás, que no hemos sido coherentes con nuestro ser cristiano, por tantas faltas de correspondencia a la gracia. Hoy es buen momento para pedirle perdón acogiéndonos de nuevo a su inmensa misericordia y pidiéndole que nos dé por la fuerza de su Espíritu un corazón nuevo.
Os propongo esta Oración en este día:
Padre en este último día del año 2016 nos ponemos ante Ti. Quiero compartir este rato contigo, mientras estamos celebrando el Nacimiento de tu Hijo entre nosotros. Somos tus hijos y nos da felicidad tenerte a ti como Padre, y que nos hayas dado a tu Hijo, Jesús.
Te queremos agradecer este año que hoy termina, con todo lo que hemos vivido, lo bueno y lo malo, porque en todo podemos experimentar la llamada de tu amor.
Padre al terminar este año 2016 y disponiéndonos a comenzar un nuevo año, el 2017, te queremos pedir que estés siempre con nosotros, y con todos nuestros familiares y amigos. Que Jesús, tu Hijo, nuestro Salvador , su Luz siempre nos guíe y acompañe. Y te queremos pedir, muy especialmente, que muestres tu rostro de ternura a todos los que sufren por el hambre, la guerra, la enfermedad…que vengas en ayuda de aquellos que viven hundidos en el dolor o en el mal. Libéralos, levántalos, Padre, y haznos a nosotros colaboradores de esta liberación, de este levantarse. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Hermano, tu Hijo, nacido en Belén para nuestra Salvación, que vive y reina contigo por los siglos de los siglos.
Y alabemos al Señor recitando:
A ti, oh Dios, te alabamos, a ti, Señor, te reconocemos. A ti, eterno Padre, te venera toda la creación. Los ángeles todos, los cielos y todas las potestades te honran. Los querubines y serafines te cantan sin cesar: Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo. Los cielos y la tierra están llenos de la majestad de tu gloria. A ti te ensalza el glorioso coro de los apóstoles, la multitud admirable de los profetas, el blanco ejército de los mártires. A ti la Iglesia santa, extendida por toda la tierra, te proclama: Padre de inmensa majestad, Hijo único y verdadero, digno de adoración, Espíritu Santo, Defensor. Tú eres el Rey de la gloria, Cristo. Tú eres el Hijo único del Padre. Tú, para liberar al hombre, aceptaste la condición humana sin desdeñar el seno de la Virgen. Tú, rotas las cadenas de la muerte, abriste a los creyentes el reino del cielo. Tú te sientas a la derecha de Dios en la gloria del Padre. Creemos que vendrás como juez. Te rogamos, pues, que vengas en ayuda de tus siervos, a quienes redimiste con tu preciosa sangre. Haz que en la gloria eterna nos asociemos a tus santos. Salva a tu pueblo, Señor, y bendice tu heredad. Sé su pastor y ensálzalo eternamente. Día tras día te bendecimos y alabamos tu nombre para siempre, por eternidad de eternidades. Dígnate, Señor, en este día guardarnos del pecado. Ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti. En ti, Señor, confié, no me veré defraudado para siempre.
¡Feliz salida de año y feliz entrada en el nuevo año!
Adolfo Álvarez. Sacerdote