En plena octava de Navidad nos encontramos con esta festividad, el recordatorio del martirio de los Santos Inocentes y por alguna incomprensible razón el mundo lo recuerda como un día de bromas.
Herodes era conocido por ser un hombre sanguinario , cruel y celosísimo de su poder, asesinó a parte de su familia y hoy rememoramos la terrible matanza de los Santos Inocentes.
“Entonces Herodes, al ver que había sido burlado por los Magos, se enfureció terriblemente y envió a matar a todos los niños de Belén y de toda su comarca, de dos años para abajo, según el tiempo que había precisado por los Magos.Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías. Mateo 2, 16-18”.
Herodes dio orden de asesinar a todos los niños menores de dos años, el miedo le hacía temer y el temor le llevó a cometer una masacre que es difícil de entender. Imaginemos por un momento lo que para la comarca de Belén significó aquello, solo Belén en aquella época contaría con unos mil habitantes, sin contar el resto de la comarca; imaginemos un mundo en el que había muchos más bebés que ahora pues un niño era una gracia de Dios que se recibía con amor, las familias eran numerosas a pesar de no haber medios y había muchísimos niños pequeños.
En ese contexto se prende y asesina a todos los niños menores de dos años.
Pensemos en la desolación que aquella comarca tuvo que sufrir, el espectáculo más horrible que uno pueda imaginar , todas esas familias rotas y todas esas madres desesperadas .
Estas almas y las de los niños pequeños según revelaciones del Señor a Santa Faustina Kowalska son según sus propias palabras “las más parecidas a mi Corazón” y cuenta cómo en su agonía fortalecieron a Jesús pues las veía como ángeles terrenales velando junto a sus altares.
Hoy en día también se asesina a inocentes, el aborto es eso , ni más ni menos. Nuestra sociedad lo disculpa y lo esconde pero la realidad es la misma. Que los Santos mártires nos ayuden a abrir los ojos y comprender .