La JMJ 2016 ya es historia, el Papa Francisco celebró el Domingo en el Campus Misericordiae, a algunos kilómetros de Cracovia, la Misa de clausura de la Jornada Mundial de la Juventud. Concluyó así una JMJ llena de alegrías, sorpresas, oración y amistad y tras la cual miles de jóvenes no volverán a sus casas indiferentes tal y como les pidió el sábado por la tarde el Santo Padre en su discurso.
Las semillas han quedado plantadas, confiamos en los frutos de estas Jornadas de la Juventud; las JMJ son un regalo del cielo porque la juventud vuelta a Cristo es sinónimo de futuro, la Esperanza existe en un mundo en el que los jóvenes tengan la mirada puesta en los valores cristianos y le den la mano a Jesús para que, caminando con Él ,descubran su vocación y siguiendo los pasos adecuados que siempre nos indica , sean felices, y a su vez inunden este mundo de Felicidad, colaborando de ese modo a la venida de su Reino.
Con una juventud fuerte en valores triunfa el Amor, la fe en la familia que es la esencia de la sociedad ; hoy hay personas que anuncian la desaparición de la familia como una reliquia del pasado, pero como decía el padre Jorge Loring, “cuando no quede ni el eco de las voces que anuncian su destrucción, la familia seguirá en pié, pues siempre ha sobrevivido a todas las crisis, porque la familia es una forma permanente de la vida humana. La familia vuelve por encima de la ideología.”
El Santo Padre en la homilía de esa última celebración de la Misa, habló del encuentro de Zaqueo con Jesús, uno de los encuentros más bellos y curiosos del Evangelio, y nos habló de tres inconvenientes que tuvo Zaqueo a la hora de encontrarse con Jesús, uno era su baja estatura, ¡¡todos nosotros somos tan pequeños………..!! , espiritualmente somos apenas unos bebés , el encontrarte con el Amor implica el tener que elevarnos por encima de nosotros mismos.
En segundo lugar el Santo Padre habló de la vergüenza paralizante que pudo sentir Zaqueo, al ser toda una personalidad importante y para poder ver a Jesús entre la multitud tener que subirse a un árbol , a un sicómoro; el Papa ha exhortado a los jóvenes a no avergonzarse ; así como Zaqueo tuvo que superar su vergüenza y el miedo al ridículo, porque no se quiso conformar con no ver al Señor , el Santo Padre nos pide superar también esa vergüenza paralizante que nos mantiene inertes como muñecos e inmóviles como Iglesia.
En tercer y último lugar el Santo Padre nos mostró el efecto de la multitud que murmuraba ante la acción de Zaqueo, pero nos animó a poner la mirada y los ojos solo en Jesús, que nos ama por encima de todo a cada uno de nosotros por lo que somos , no por lo que tenemos y apoyados en su Amor podamos empezar a recorrer un nuevo camino.